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FRANCIA

El presidente de la Liga admite su culpa por los disturbios

El presidente de la Liga Francesa de Fútbol, Frederic Thiriez, aceptó su responsabilidad en los altercados de París. "Decidí que el trofeo se entregara en la ciudad", indicó en un comunicado.

Las celebraciones de ayer en la capital francesa.
Yves ForestierGetty Images

El presidente de la Liga Francesa de Fútbol (LFP), Frederic Thiriez, ha admitido su parte de culpa por los disturbios en París después de que el PSG se proclamara campeón, ya que él fue quien decidió que el trofeo se entregara en la ciudad, y no en el estadio, para que todos los parisinos pudieran disfrutar la fiesta. "Por supuesto, acepto mi parte de responsabilidad en el fiasco porque yo decidí que el trofeo no se entregara en el Parque de los Príncipes, sino en la ciudad, para que todo el mundo pudiera disfrutarlo tras 19 años de espera", asumió Thiriez a través de un comunicado.

El ministro francés del Interior, Manuel Valls, objeto de críticas por los violentos disturbios anoche de aficionados del París Saint Germain (PSG), anunció hoy que prohíbe el acto de celebración de la liga en el Ayuntamiento y cualquier otra manifestación del equipo de la capital.

"No es posible ninguna manifestación pública" en la calle del PSG, declaró Valls en una entrevista a la emisora "Europe 1", para quien algunos responsables de la oposición de derechas han pedido la dimisión por su responsabilidad en los destrozos de los ultras del equipo de la capital francesa.

El ministro, que se defendió de una falta de previsión, explicó que la policía sabía que había 150-200 personas susceptibles de generar violencia, pero que no se impidió la concentración de los aficionados del club en la plaza del Trocadero porque "eso significaría que en París no se puede organizar ninguna celebración de este tipo". Señaló que los incidentes causaron heridas a 32 personas, dos de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas, y que hubo 39 detenciones.

"Tiene que haber sanciones", subrayó Valls, que ha encargado "un informe preciso" a los responsables de la policía y va a reunirse con los dirigentes del PSG porque quiere "que cada cual asuma sus responsabilidades" y porque hay que preparar las próximas citas del equipo, empezando por su partido del próximo fin de semana frente al Brest.

Constató que "el fútbol está todavía enfermo. Ocurre con el PSG como con numerosos clubes" e hizo hincapié en que "estas violencias son intolerables. Dan una imagen de París, de Francia, del fútbol cuya dimensión tenemos que evaluar". Los calificados como "ultras" por el ministro se enfrentaron con los agentes antidisturbios, pillaron un autobús al pie de la torre Eiffel y vandalizaron coches y escaparates en un amplio perímetro en torno al Trocadero.

La presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, cargó contra el titular de Interior en un comunicado, en el que le responsabilizó de no haberlo evitado.

"Esta razzia cometida con total impunidad era previsible. Es la consecuencia de la negligencia del ministro del Interior, Manuel Valls, que tendría que haber prohibido esta concentración teniendo en cuenta los desbordamientos que ya se habían producido la víspera".

Dos sindicatos de policías señalaron que se había subestimado el riesgo de altercados y la peligrosidad de sus autores, que ya se habían hecho notar el domingo en los Campos Elíseos.

Los disturbios del lunes por la celebración del título se saldaron con una treintena de heridos, dos de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas. Además, hubo 39 detenciones, tras los choques entre aficionados y la policía cerca de la Plaza del Trocadero. Gran cantidad de vehículos y escaparates de tiendas quedaron destrozados por aficionados radicales con el rostro oculto.