Casillas: "Mi futuro es el Real Madrid, es donde quiero estar"

Iker Casillas recibió ayer la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid de manos del presidente Ignacio González. Fue un día muy especial para el capitán del Real Madrid, que se siente orgulloso de ser madrileño y de llevar el nombre de la ciudad por todo el mundo. Fue, junto con Esperanza Aguirre (también premiada), el más ovacionado y querido en la celebración del día de la Comunidad en la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol. Todos querían saludar al capitán, hablar con él, hacerse fotos. Le rodearon los niños de la Escolanía de San Lorenzo del Escorial. "¿Cuando vuelves a jugar?", le preguntaron. Casillas sonrió. Fue una jornada muy feliz para él. 

Al acabar el acto y antes de irse a entrenar a Valdebebas, Casillas habló de qué pasará con él la próxima temporada: "Mi futuro es el Real Madrid porque tengo contrato con ellos y porque llevo desde los nueve años, es el club de toda mi vida y donde me gustaría estar".

También elogió a sus compañeros y especialmente a Ramos: "Todos tienen mi felicitación porque hasta el final tuvimos opciones de pasar la eliminatoria y me abracé con Sergio, porque nos conocemos desde hace nueve años y creo que hizo un partidazo que estuvo de diez. Los saludé a todos. A Sergio, Cristiano, Di María, Diego López... Hicieron un esfuerzo inmenso y así se lo reconoció el público".

Copa del Rey. Su próximo objetivo se llama Copa del Rey y así lo expresó: "Lo que hay que hacer es pensar en lo más inmediato, que es intentar conseguir la mayor cantidad de puntos posibles en Liga, por el club, por el equipo y por la entidad. Y luego pelear por la final de la Copa del Rey, que será diferente, bonita, en el Bernabéu, y que hay que intentar ganar por la afición, que se merece una alegría. Ojalá que el año que viene podamos optar a una final y conseguir la Décima, que es lo que todo el madridismo quiere".

Iker Casillas tenía permiso del club y del cuerpo técnico para asistir a la entrega de medallas de la Comunidad de Madrid. A esa hora el equipo estaba citado para entrenarse en Valdebebas. La idea era que él trabajara en solitario por la tarde para poder estar presente durante las tres horas que duraban los actos del día de la Comunidad de Madrid, pero Mourinho no le dejó y prefirió que se entrenase por la mañana aunque fuera más tarde que el resto de sus compañeros. Así que el portero tuvo que salir corriendo y ni siquiera se quedó al desfile y a la recepción posterior a la entrega de medallas. Iker llegó a Valdebebas a la una de la tarde, trabajó con Silvino Louro y le enseñó a sus compañeros la medalla que le habían concedido.