NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Medios

La música del 40 Café volvió a sonar a goles y a 'Carrusel'

La SER volvió a salir a la calle para vivir las semifinales piel con piel con sus oyentes. Oyentes que, de nuevo, respondieron: 250 personas lo llenaron desde las 20:00.

Actualizado a
El 40 Café volvió a llenarse para vivir el Madrid-Dortmund con Carrusel.
Rafa Aparicio

Fueron ocho minutos de vértigo. Ocho minutos en los que la gesta estaba tan cerca que el 40 Café se convirtió en el jugador número 13 a ritmo de Carrusel. La SER volvió a salir a la calle para vivir las semifinales piel con piel con sus oyentes. Oyentes que, de nuevo, respondieron: 250 personas lo llenaron desde las 20:00 con una esperanza, la remontada, y un nombre, Jua-ni-to.

La tensión se palpó arriba, en la mesa, y abajo, en la platea todo el partido. La ropa lo decía todo. Hacía seis días apenas había camisetas del Madrid entre el público. Ayer eran casi todas. Se respiraba noche de partido grande. Al comenzar, Ponseti lo avisaba: "O remontamos o remontamos". Para Manu, la grada del Bernabéu marcaría el primer gol. El segundo lo empujarían ellos desde el 40 Café. Valdano, Ramos Marcos, Carlos Iribarren y Ortega componían la mesa.

A las 20:45, la alineación del Madrid atronaba en la Gran Vía. Bufandas al aire, aplausos. Manu cerraba los puños. Todos en el Estadio 40 Café creían. Y todo comenzó bien. El Madrid, apretaba, mordía. Primer córner. Ocasión del Pipa. De Cristiano... Pero el balón no entraba. Y el Dortmund empezó a jugar con el reloj, a arrancarle minutos, mientras, Manu, en Gran Vía, frunció por primera vez la boca. Los goles no llegaban. Y el reloj corría y corría.

Segunda parte. A Manu y Ponseti seguía sin gustarles el partido. Se leía en sus caras cada vez más serias, se palpaba en sus voces, cada vez más graves. Y, entonces, marcó Benzema en el 81. Y todo el 40 Café gritó a la vez. El gol de Ramos desató la locura. Manu se levantaba de la silla. Los oyentes se comían las uñas. Gran Vía latía al ritmo que Romero marcaba desde el Bernabéu. Fueron ocho minutos intensos y largos. Cuando el árbitro pitó el final, allí nadie se movió de su sitio. Como no se moverá hoy nadie en los Estudios Toreski. Allí Carrusel propondrá vivir con sus oyentes el Barça-Bayern. Será de nuevo el jugador número 13 para intentar marcar ese gol que ayer faltó en el Bernabéu.