MÁLAGA - GETAFE
El Málaga sigue en carrera por entrar en la zona Champions
Santa Cruz y Weligton adelantaron a los blanquiazules. Sin embargo, un gol de Valera puso picante a los últimos veinte minutos del partido.
El Málaga consiguió una importantísima victoria que le deja virtualmente en posición de Europa League, y con todas las opciones del mundo de repetir en la maravillosa Champions, frente a un Getafe que peleó con dignidad, pero tocado por siete bajas. Los madrileños se alejan de la zona europea, aunque ni mucho menos tienen nada perdido.
Tras unos insulsos primeros minutos, sin nada que contar, el Málaga pudo golpear. A los 28 minutos, admirable pared entre Isco y Santa Cruz. El primero consigue un estupendo gol que Clos Gómez anula porque observa (con los dos asistentes, cuarto árbitro y hasta juez de silla, que tiene tela...) que el paraguayo está en fuera de juego. Error. No debió anularlo. La mala fortuna siguió tres minutos después con una involuntaria entrada de Diego Castro a Jesús Gámez en la disputa de un balón. El de Fuengirola se toca los cuadriceps de su pierna izquierda. El gallego se interesa por su estado. Normal. Son amigos porque fueron compañeros en el Málaga B, el filial blanquiazul que jugó en Segunda División. Gámez es sustituido por Ignacio Camacho y Sergio Sánchez, que estaba pletórico como central, se sitúa como lateral derecho volviendo Demichelis al centro de la defensa.
Y miren por dónde. En el minuto 39 un estupendo centro, precisamente de Sergio Sánchez, es cabeceado a la red por Roque Santa Cruz. Es el séptimo gol del paraguayo. La Rosaleda estalla coreando el nombre de su indiscutible ídolo del momento, Manuel Pellegrini, con el ya famoso soniquete del antiguo y entrañable Antón Pirulero, ya saben “Manuel, Manuel, Manuel Pellegrini!”.
El segundo tiempo no pudo empezar mejor para el Málaga. Minuto 49. Córner que saca Pedro Morales (es increíble lo bien que golpea este jugador chileno el balón) Weligton y Camacho entran como dos panzer. El balón entra en la red lejos de los dominios del sufrido Codina. Weligton lo celebra como propio y Camacho dice en la posterior rueda de prensa que el gol es suyo. Da lo mismo. Sube al marcador. Es el 2-0.
El Getafe estaba sonado. La soledad de Álvaro Vázquez venia motivada por la desaparición del talentoso Barrada o la escasa creación observada en la zona de los exmalaguistas Juan Rodríguez y Xavi Torres, que sacaban cubos de agua que no mantenían a flote un barco que no navegaba en unas agua donde Iturra era un coloso y Camacho gobernaba con ganas. El Málaga estaba muy cómodo. El Getafe no le daba ni un problema a Caballero. Y mientras, Codina, un estupendo portero que sufrió en La Rosaleda aquel recordado gol de chilena de Baptista, detenía otro bombazo de Santa Cruz (minuto 57).
Pero los de Luis García recibieron oxígeno en una escena aislada donde un balón rebotado en Sarabia llega a Valera que la empalmó con brillantez al fondo de la red. Quedaba un cuarto de hora. El Getafe empezaba a creer en un milagro y el Málaga debía despertar de la siesta y huir de un correcalles que le había relajado peligrosamente.
Caballero (minuto 78) mandó a corner un cañonazo de Sarabia cuya salida revolucionó a su equipo que encontraba cómodos pasillos en cada una de las bandas. El Getafe pidió penalti en esos últimos minutos por una mano de Weligton que pareció clara. El colegiado no señaló nada.
Quedaban cinco minutos y Joaquín, entre algodones esta semana por una amigdalitis, salió de bombero en lugar de Roque Santa Cruz. Sarabia era un incordio y Camacho se llevó una amarilla por un agarrón. El Málaga resistió y el Getafe no se decidió. O mejor dicho, tardó demasiado en ir al abordaje. Punto final. Este Málaga sufrido y abnegado, tiene mucho mérito con todo lo que está padeciendo más dentro que fuera de la cancha. Y el Getafe, aún excusado por lo que no estuvieron, debe creerse que puede y debe pelear por la Europa League. Tiene fútbol para ello.