Hoeness decepciona a Merkel, pero asegura que no dimitirá

Uli Hoeness es el centro de la polémica en Alemania. Su rostro aparecía ayer en todas las primeras páginas de los diarios y su imagen era la que ilustraba todos los noticiarios de televisión. El fraude fiscal, cuya cuantía aún está por descubrir, del presidente del Bayern ha dejado atónita a la sociedad germana. Tanto es así, que el portavoz del gobierno de Angela Merkel, a la que apoya Hoeness en Baviera, declaró que "Alemania se siente decepcionada con esta actitud".

Mientras tanto, Hoeness ha decidido defenderse atacando. Al tiempo que reconocía sus cuentas en Suiza, amenazaba con poner pleitos a cualquiera que publique informaciones falsas sobre él y añadía que hoy estará en el palco del Allianz Arena para presenciar el partido entre el Bayern y el Barça. Eso sí, luego ha anunciado que se "retirará al campo unos días para pensar en todo lo que está pasando a su alrededor".

La primera amenaza va dirigida a ciertos medios de comunicación que especulan con que la fortuna que ha podido distraer el mandatario alemán es muy superior a lo que se imagina la gente. En este sentido el diario Bild daba por hecho en su edición de ayer que lo más probable es que Hoeness deba de ingresar en prisión sin fianza.

En el Bayern mientras tanto, tratan de capear como puedan el temporal y quieren aislar al equipo de toda la polémica suscitada. El responsable de comunicación del equipo bávaro explicó ayer por la mañana a los periodistas presentes en la rueda de prensa de Javi Martínez, Lahm y Heynckes que estaba prohibido preguntar sobre el caso Hoeness y que si alguien lo hacía, no dudaría en interrumpir la comparecencia.