Shaqiri y Gómez hacen volar al Bayern y meten miedo al Barça

Impresiona escuchar a 70.000 tipos regados en cerveza gritar al unísono animar al Bayern de Múnich. Cánticos de celebración, de pasión y de confianza en un equipo al que quieren ver en la final de la Champions en Wembley el próximo 25 de mayo y el primero de junio en Berlín, donde se disputará la de la Copa alemana. Para esta sólo les falta encontrar rival (saldrá de la eliminatoria que mañana jugarán a partido único Stuttgart y Friburgo). Esta noche se impusieron de manera sobrada a un Wolfsburgo, que sólo pudo aguantar el primer cuarto de hora de partido. Su imagen fue muy buena. El Barça tiene motivos para estar alerta.

Los hinchas del Bayern creen en los suyos básicamente por la confianza que transmite el equipo. Sabe interpretar como pocos los partidos, acelerando y frenando el ritmo del balón, según les convenga. Con un Javi Martínez destacado en el corte y un Schweinsteiger sencillamente íntegro, a Heynckes le bastó con asomar una vez en el área técnica para activar a los suyos. Hasta ese momento, sólo Bastian se había acercado con peligro, mientras que el Wolfsburgo no supo aprovechar un error de Van Buyten y otro de Lahm para intimidar a Neuer. Tras una recuperación de balón en la zona ancha por parte de un excelente Shaqiri y la recepción de Robben por la derecha abrieron los ojos a los fanáticos: venía el primero. Fue a dos toques, sencillo y práctico, puesto que el cuero le llegó franco a Mandzukic, que sólo tuvo que empujar. 1-0.

El Wolfsburgo trabajaba bien, pero el talento de Diego y la insistencia de Olic echaban de menos algo más de un equipo condenado esta temporada a vivir en un espacio vacío y con la obligación de ganar en Múnich si querían estar en la final de la capital. Naldo, de cabeza y Olic estuvieron cerca de recortar la ventaja que ya era de 2-0, tras el gol de Robben, otra vez a la contra. El equipo de Heynckes supo dormir el partido, dando protagonismo al tímido y poco práctico riesgo visitante por intimidar a Neuer. Después de otro robo de balón, Shaqiri volvió a filtrar un perfecto esférico a Robben, que no falló para, aparentemente sentenciar. El suizo está en un momento de forma brutal, corriendo, presionando, acertando en la mayoría de sus decisiones y siendo decisivo en el partido. Colosal.

Golazo. Cansado de intentarlo, de buscar el pase perfecto, de interiorizar una y otra vez el cuero en la a veces errática defensa del Bayern, Diego sacó el genio. Tras un error de Neuer en una salida y una intervención acertadísima del portero a un remate a bocajarro de Olic, el ex del Atlético mostró su impaciencia golpeando con una violencia tremenda el balón, que voló directo, como una piedra, a la escuadra derecha de Neuer, que poco más que volar pudo hacer para tratar de evitar el gol.

Pese a tratar da apretar en el arranque de la segunda parte, Shaqiri decidió que el choque debía comenzar a cerrarse y eligió un zapatazo desde la frontal para rubricar un partidazo en toda regla. A la salida de un córner, la bola apareció en los pies del suizo, que tras controlar acertó con un remate raso y duro, a la cepa del palo izquierdo de Benaglio. Pero hubo más del suizo, claro. Con Mario Gómez sobre el campo, una contra trenzada por el enganche acabó con el 4-1 (79’) del hispanogermano, que repitió tres minutos después para cerrar la manita. Pero llegó el sexto. Hat trick en diez minutos del que se perfila como titular ante el Barcelona en detrimento de Pizarro, que deberá entender que lo que hizo su compañero le valga para algo más que para poner en su vitrina de trofeos el balón rubricado por todos sus compañeros.

El Bayern llegará como un tiro a la eliminatoria ante el Barcelona. Pese a que Dante y Van Buyten demostraron no acabar de ser del todo eficientes concediendo más de una opción al Wolfsburgo, desde los laterales, pasando por el medio y acabando por la delantera es oro puro. Se viene una semifinal de Champions contra el Barcelona apasionante.