La suplencia impulsa al mejor Gorka Iraizoz en Bilbao

Gorka Iraizoz ha reaccionado a tiempo. Su paso por el banquillo en dos encuentros, ante Málaga y Real, ha sido mano de santo. Ha vuelto como un tiro para liderar al Athletic en su fuga de la zona de peligro. Sus paradas, la última espléndida a Nolito, han valido nueve puntos de doce y le han llevado a encajar un gol en cuatro partidos, el que le metieron en Getafe. La sensación es que no se ha visto un Iraizoz tan concentrado y regular en las seis campañas que lleva en Bilbao.

De hecho, en los 186 envites ligueros que lleva con los leones, sólo ha logrado esta misma racha en otras dos ocasiones, siempre con Caparrós. Fue en la temporada 2008-09 (un gol del Racing y puerta a cero ante Hércules, Atlético y Sporting), y en la 2010-11 (otro tanto del Racing y sin encajar ante Numancia, Sporting y Betis). Si es capaz de dejar la puerta a cero en el Pizjuán, batiría su marca.

Despiadado San Mamés. El contraste de rendimiento es brutal. Iraizoz encajó nada menos que 46 goles en los 22 partidos anteriores de esta campaña con Bielsa. La gota que colmó el vaso de la paciencia de San Mamés y del técnico fue el 0-4 ante el Espanyol, día en que se llegó a burlar despiadadamente de él por sus fallos. Corría peligro de perderse para el Athletic.

Raúl desaprovechó su efímera oportunidad con una mala noche en el derbi y ya se hablaba más del internacional Sub-21 Kepa Arrizabalaga que de otra cosa. Iraizoz reaccionó en Pamplona con un paradón a Kike Sola e hizo un soberbio partido en casa ante el Valencia, al que desquició. Bien en Getafe, su actuación ante el Granada fue perfecta. El poco trabajo lo resolvió bien.