El Rubin Kazan despierta al Levante de su sueño europeo

El desangelado Luzhniki no acompañaba. No parecían unos octavos de final. Ni tan siquiera un partido. Y aunque estuvo cerca, también lejos. El eurosueño del Levante se apagó ayer en Moscú tras una árdua batalla bajo la nieve. Los granotas murieron con las botas puestas. Pero tampoco se puede pedir más. Sin Martins no hay gol. Y sin gol, te quedas en octavos.

Poco se estiró el Levante en la primera mitad donde se contabilizaron apenas un par de disparos lejanos. Acquafresca ni la olía arriba, los rusos apretaron más y, a pesar del despliegue de Iborra y Diop, inquietaron más a Keylor. Natcho le obligó a estirarse y Karadeniz tuvo la más clara sólo en el área pero la tiró arriba.

Se notaba el miedo a perder. Ninguno de los dos estaba dispuesto a arriesgar lo más mínimo. Que JIM tuviera que jugarse la eliminatoria con Valdo de delantero centro lo dice casi todo. Pero con la espantada de Martins no hay más. Aún así, y a pesar de que el Rubin parecía dominar más por aquello de tener la posesión, El Zhar y Barkero enmudecieron las pocas gargantas de Luzhniki en dos bolas francas. Berdyev no hacía ni un cambio, quizá presagiando la prórroga. Pero antes faltaba la habitual dosis de Keylor, con dos paradones. Uno a Natcho y el último, espectacular y decisivo, a cabezazo de Rondón.

Colorín colorado... Hizo falta media hora más para que alguno se decidiera a marcar y lo hicieron los rusos. Rondón golpeó, dejando en evidencia a Ballesteros, y Dyadyun remató con el Levante ya volcado a la desesperada. Adiós a Europa con tristeza pero con al aplauso merecido del mundo del fútbol. Nada que reprochar. Cabeza alta y a seguir adelante. Hoy escuece, mañana se valorará. Pero al final te das cuenta de que no hay palabras para describir a este equipo. Y los sueños, sueños son.