Como todo niño argentino, Bergoglio creció pendiente de una pelota de fútbol. Nunca ocultó su amor por San Lorenzo de Almagro, club del que se mostró un aficionado fiel y constante. Cuentan que de pequeño, Bergoglio iba al Viejo Gasómetro —como se lo llamaba al antiguo estadio del Ciclón— mientras su padre practicaba tenis en el club. Incluso, Cuervo apasionado, presenció el título de 1946 admirando detrás de una alambrada a Farro, Pontoni y Martino, los ídolos de su niñez. Casualidades del fútbol, San Lorenzo fue fundado en 1908 por un cura: Lorenzo Massa.