Pizzi: “Es saludable que otros equipos ganen al Barça”

Juan Antonio Pizzi,  exjugador del Tenerife, Valencia, Barcelona y Villarreal, dirige al San Lorenzo de Almagro argentino. Pizzi, que jugó con la Selección española la Eurocopa de 1996 y el Mundial de 1998, analiza su papel como técnico, habla del fútbol del Barça y de Messi.

-San Lorenzo derrotó al River invicto de Ramón Díaz y se habló de "victoria conceptual". ¿Pudió inculcar la posesión española en un equipo argentino?

-Sí, poco a poco vamos consiguiendo eso que buscamos. Los jugadores se sienten más cómodos y, sobre todo, tienen las cualidades para poder hacer ese tipo de trabajo.

-¿En qué consiste esa rebeldía táctica, que usted pregona?

-Hay movimientos que se van fuera de lo esquemático y que son los que terminan sorprendiendo a defensas estructuradas. En la Argentina, tácticamente, el nivel es muy alto. Y los equipos nos conocemos bastante bien, por eso hay que encontrar ese tipo de sorpresas. A veces, por el estilo que tiene, un equipo no lo puede encontrar por sí solo. Las rebeldías individuales te generan esos espacios que terminan en goles.

-Si un aficionado español le preguntara: "Juan, ¿cómo se juega en Argentina?". ¿Sabría qué decirle? ¿Tiene un diagnóstico?

-Es un campeonato muy parejo. No existe en la Argentina la diferencia entre los equipos grandes y pequeños. Y en el propio transcurrir del campeonato, tampoco existe diferencia entre el que va primero en la clasificación y el que va último. A diferencia de lo que sucede habitualmente en España, antes de que se juegue, el resultado de un partido es incierto.

-¿Es un beneficio que no sea una liga bipolar como la española?

-Es el campeonato más competitivo del mundo. Cualquiera te puede ganar si no estás al límite. El atractivo pasa más por el entorno y por el sentimiento que por el propio juego. Está puesta más la pasión que el estilo de juego, y eso a esta liga la mantiene viva.

-¿Será por eso que los equipos sudamericanos son tan difíciles cuando se enfrentan a un europeo?

-Lo fundamental es la competitividad del futbolista argentino. La pasión y la rebeldía ante la adversidad, incluso viéndose o sabiéndose inferior que cualquier rival, siempre te va a competir de igual a igual.

-¿Cuál es el paradigma que se viene?

-El Barça ha marcado una época y un estilo bien definido que ha unido lo que es el resultado con el estilo. Indudablemente va a quedar en la historia, al margen de lo que sucede en adelante. Ya está en la historia por lo que hizo en estos últimos tres o cuatro años. No me atrevería a decir que fue revolucionario, pero definieron la excelencia del fútbol o de este estilo del fútbol. Lo que se viene es muy difícil. Yo creo que no habrá a corto ni a medio plazo un equipo que pueda juntar a este tipo de jugadores como los que coincidieron en el Barça. Incluso los mejores del mundo no podrían llegar a hacer lo que hizo el Barça.

-¿Utiliza usted algo del Barcelona en su equipo?

-La presión que ha ejercido el Barcelona, la intensidad, muchos tratamos de copiarla. A partir de esa presión, empezamos a elaborar nuestras acciones ofensivas con nuestras posibilidades. La presión es el arma principal que queremos utilizar. Y a partir de ahí, la posesión: es el otro punto en el que tenemos que focalizar nuestra identidad.

-¿El Barcelona está en crisis? ¿Debe reinventarse?

-Estos resultados del Barcelona lo han bajado a tierra. Lo pusieron en la realidad de lo que debería ser el mundo del fútbol. Lo que hizo el Barça estaba con un nivel tan excelente, que es difícil que se pueda mantener ese tipo de nivel, es imposible. Que pierda con el Madrid o con el Milán, dos equipos muy importantes, debería estar dentro de los parámetros del fútbol, independientemente de que sea el mejor equipo del mundo. Antes no sucedía. Creo que es hasta saludable que suceda, porque ya empezaba a ser aburrido ver jugar al Barcelona sabiendo que la superioridad que tenía sobre los rivales era muy grande y constante. ¿Pero reinventarse? Bajo ningún punto de vista. Lo que tendrá que hacer es ir descubriendo, a medida que vayan pasando los partidos y el tiempo, la forma de que manteniendo su ideología, vuelva a mostrar superioridad. Ahí está el desafío del Barcelona. Encontrar ese camino, pero nunca empezando de cero: la base y la ideología no la debería cambiar bajo ningún punto de vista.

-¿En qué etapa está como entrenador?

-Fui aprendiendo y evolucionando a medida que tuve la suerte de dirigir. La principal enseñanza que tenemos nosotros es que mientras dirigimos, vas descubriendo y tomando decisiones en situaciones bajo presión. Pasa el tiempo y me siento más capacitado que antes. Nunca dejaré de aprender. Nuestro techo no existe. Ningún entrenador aprendió todo de la profesión.

-Bielsa y Simeone viven situaciones diferente. ¿Qué opina?

-Los dos han sido exitosos. El del Cholo, avalado por resultados concretos, los que pueden certificar el éxito de un proyecto. Y en el caso de Bielsa, no tengo ninguna duda, y al margen de que esta temporada ha sido peor que la pasada, creo que la evolución que tuvo mentalmente el Athletic de Bilbao fue muy importante.

-Guardiola a Alemania, ¿le sorprendió?

-Fue al segundo mejor equipo del mundo a encontrar el desafío de hacerlo el mejor. Por estilo de juego, el Bayern de Múnich y el Barça están por encima del resto, lo que no significa que sean los que ganen los campeonatos que juegan.

-Jordi Roura lo tiene difícil.

-No hubo el tiempo para asimilar lo que significaba Tito como primer entrenador tras la ida de Pep. Y sin cumplir ese proceso de asimilación, hubo otro cambio que fue el de Roura. Lógicamente es muy difícil, pero teniendo en cuenta la solidez que puede haber en el equipo más allá de estos últimos resultados, lo va a sacar adelante.

-¿Messi se potencia más como falso nueve?

-En cualquier sector de la cancha en donde juegue Messi, ya sea de doble cinco, por la izquierda, por la derecha, todos pensamos "¿cuándo viene la apilada de jugadores y el gol?". No depende de su posición para meter goles.

-En una pizarra, ¿dónde lo ubicarías?

-No lo sé, ja. Hoy, lo disfruto.