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Manchester 1 - R. Madrid 2 | El Árbitro

Cuney Çakir, error histórico

El señor Çakir quiso pasar desapercibido, pero cuando un partido se pone fuerte hay que saber valorar las faltas. Expulsó a Nani y no a Arbeloa y se comió dos penaltis.

Cuney Çakir, error histórico

Cuando comenté ayer que el turco viene de una liga poco fuerte y que además es un árbitro poco enérgico era por algo. Tal y como iba el partido en la primera parte parecía que no había colegiado y todo estaba a favor de él. Sólo sacó dos tarjetas. Una en el minuto 18 a Evra por un agarrón a Di María, aunque para mí no era ni de tarjeta (por cómo iba el partido hasta entonces). Y fue en el 37' cuando empezó a fallar su personalidad. Arbeloa perdió el control del balón y le metió intencionadamente los tacos a la altura de la ingle a Evra cuando pudo esquivarlo. Esa acción era de tarjeta roja y sólo le enseñó la amarilla.

En la jugada del gol del Manchester (de Ramos en propia puerta) hay un rebote y el balón va a Van Persie, que está en fuera de juego. La acción sigue hasta el autogol. El tanto no debió de ser concedido por fuera de juego previo del holandés. Pero fue en el 56' cuando llegó el mayor error disciplinario del turco. Nani, de espaldas, fue a despejar el balón y Arbeloa se le cruzó en el salto recibiendo un golpe a la altura del pecho. La acción es sólo de amarilla y no de roja (que le mostró). El motivo es simple: Nani no apreció la presencia del contrario. Una decisión incomprensible.

En el 61', Rafael, dentro de su área, levantó el brazo en un despeje por encima de la cabeza y tocó el balón, que parecía que entraba. Por tal motivo debió de señalar mano y penalti. En el minuto 75 el Manchester pidió también penalti de Ramos por mano, pero no lo hubo. El balón, lanzado por Welbeck, dio en el brazo del defensa, sí, pero éste lo tenía pegado al cuerpo.

Además de esto hay dos jugadas que catalogan el poco nivel de este colegiado al no sacarle la segunda tarjeta a Carrick en el minuto 85 por agarrar a Kaká en un contraataque. El brasileño se escapaba sólo. Era la segunda amarilla y no se la mostró.

Por último, tampoco se mojó en el minuto 91 (ya en el descuento) cuando Ramos, dentro del área, se despreocupó del balón y agarró a Evra, derribándolo y cometiendo penalti sobre él. Era un penalti claro que tampoco señaló.

La valoración. El señor Çakir quiso pasar desapercibido, pero cuando un partido se pone fuerte hay que saber valorar las faltas y tener temple y mano dura con las jugadas de tarjeta. Y sobre todo, hay que ser valiente en las áreas, pues es lo que diferencia a unos árbitros buenos del resto de los mortales. Sus decisiones y actitudes en un terreno de juego son las que definen cómo un árbitro debe llevar el control del juego. Y esto, en la noche de ayer, lo hizo muy mal el colegiado turco. Tuvo varios errores graves que no le favorecen, pues se comió, para resumir, dos penaltis, no expulsó al que debía y expulsó al que no debía. Muy mal arbitraje.

Por último, a muchos le extrañó que concediera cinco minutos de descuento, pensando que tenía mala conciencia. Pero no es así. Se agotaron todos los cambios, estuvo la expulsión de Nani y esto eran cuatro minutos. Pero ya al final, Diego López le echó un poco de teatrillo en una jugada y le metió un minuto más. Creo que fue lo mejor que hizo en todo el partido el colegiado. Con eso queda dicho todo.