El Swansea de Laudrup logra su primer título con Michu de líder

No hubo sorpresa ni opción a ella. El Swansea hizo gala de su condición de favorito y liderado por Michu conquistó la final de la Capital One Cup ante un Bradford acomplejado. La diferencia, que se preveía notable, resultó abismal. El equipo de Cuarta División no existió y puso fin a su sueño dorado al tiempo que el Swansea se sacó un billete para la próxima Europa League y alzó al cielo de Wembley su primer gran trofeo. Además, a juzgar por lo visto, no será el último. Sobre todo si mantiene a Michu en la plantilla. El depredador asturiano ha convertido a un equipo resultón, por su fútbol de toque, en un club ganador. Lo volvió a hacer al originar el primer gol del encuentro, materializar el segundo y participar en el tercero y el cuarto.

En el minuto 16, inventó un gol de la nada. Donde otros ven una ocasión él ve un gol y así, tras una buena acción de De Guzmán, se sacó un zurdazo desde la frontal que originó el 0-1 de Dyer tras el despeje del portero Duke. Después, el Spanish Swansea amasó el balón y jugó con el resultado. El equipo de Laudrup es una paradoja. Es galés, disputa la Liga de Inglaterra y juega el fútbol como si fuera español. De hecho, por momentos pareció España. Defendió su ventaja con el balón y aunque a veces se olvidó de buscar el gol encontró en otro zarpazo de Michu el 0-2. El asturiano, asistido por Pablo Hernández, se revolvió en el área y batió a Duke para marcar su 19º gol de la temporada y dejar el partido visto para sentencia antes del descanso.

De esta forma, la segunda mitad fue un abuso. El Bradford siguió sin creerse que estaba jugando una final y el Swansea lo aprovechó para aumentar su festival. Así, llegó el tercer gol en un pase de Routhledge que, tras pasar por debajo de las piernas de Michu, fue enviado a las redes por Dyer. El punzante extremo inglés marcó su segundo gol de la tarde con un ben recorte y una mejor definición. Luego, otra vez Michu asistió a De Guzmán para forzar el penalti del cuarto gol. Duke arrolló al ex del Villarreal, vio la roja y forzó un rifirrafe entre Dyer, que quería su hattrick, y el propio De Guzmán por ver quién tiraba el penalti. Finalmente, fue el canadiense el que lo tiró y el que lo marcó. No obstante, el 0-4 no sería el último del Swansea ni de De Guzmán, que ya al filo del final hizo también su doblete tras un pase del incisivo Ángel Rangel para hacer la sentencia y dar a su equipo el primer gran trofeo en sus 101 años de historia.

Por su parte, al Bradford y a su afición, desconsolados ayer, les quedará contar que un día jugaron en Wembley la final de la Capital One Cup. Y que antes, por el camino, eliminaron a Wigan, Arsenal y Aston Villa. Ese fue su verdadero premio.