INDONESIA
La corrupción pone al fútbol indonesio cerca de la exclusión
El 20 de marzo termina el plazo que le ha dado la FIFA para solucionar la mala gestión, la corrupción, las deudas, las ligas paralelas y la precaria situación de algunos jugadores.
El fútbol indonesio dispone de menos de un mes para arreglar la mala gestión, la corrupción, las deudas, las ligas paralelas y la precaria situación de algunos jugadores si quiere continuar en las competiciones internacionales de la FIFA.
El 20 de marzo, cuando la selección indonesia debería empezar la fase de clasificación para la Copa de Asia, expira el plazo que le ha dado la FIFA para solucionar esos problemas.
Las dos ligas nacionales paralelas de las misma categoría, la PSSI, auspiciada por la Federación de Fútbol de Indonesia, y la KPSI, que agrupa a los grandes clubes históricos, han acordado sentarse a negociar el 17 de marzo.
Si bien la cita representa el mayor acercamiento entre ambas divisiones hasta la fecha, solo dispondrán de tres días para desatar el, considerado por los analistas, nudo gordiano de los problemas del fútbol indonesio.
"La buena noticia es que el deporte continúa, pero la mala es que la guerra también. Todos los jugadores indonesios nos sentimos tristes (...). Las dos partes tienen que sentarse y solucionarlo", dice Bambang Pamungkas, delantero internacional indonesio y uno de los futbolistas más populares del país.
La rivalidad entre ambos organismos llega al extremo de la paradoja, como el caso de Persija Jakarta, la mayor escuadra de la capital del país, que milita en las dos ligas con el mismo nombre y los mismos colores, aunque ambos equipos sean "de facto" diferentes entidades, con directivas y plantillas independientes.
Las fricciones e inestabilidad que generan ambas competiciones, junto con las sospechas de amaño y corrupción, han espantado a los patrocinadores, lo que a su vez ha repercutido en los presupuestos de los clubes indonesios, limitando los ingresos y los pagos.
La consecuencia más triste de esta situación ha sido la trágica muerte del futbolista paraguayo Diego Mendieta, de 32 años, que falleció el pasado diciembre a causa de un citomegalovirus, un virus común que no es mortal si se reciben cuidados médicos adecuados.
Mendieta perdió la vida tras recorrer varios hospitales de la ciudad de Solo, en la isla de Java, mientras su equipo, el Persis Solo, le adeudaba cuatro meses de salario y se desentendía de él, según denunciaron los familiares del futbolista.
El jugador español Xavi Pérez, que también jugó en el Persis Solo durante una temporada, explicó a Efe que en Indonesia es "común" que los equipos incurran en impagos a los deportistas durante cuatro o cinco meses, e insistió en que hay "muchísimos futbolistas que están en esa situación".
"La corrupción está presente en la vida diaria del país, no sólo en el fútbol, y eso hace que haya una inseguridad constante, ya sea para cobrar el salario, que rescindan tu contrato en cualquier momento o que prometan algo que después no suelen cumplir", apuntó el futbolista barcelonés, que disputó dos temporadas en equipos indonesios y que ha fichado por un club canadiense.
A raíz del caso del delantero francés Moukwelle Ebanga Sylvain, que contrajo fiebre tifoidea durante su estancia en Indonesia y a quien su club le adeudaba nueve mensualidades, el sindicato mundial de futbolistas, FifPro, ha reclamado a Indonesia soluciones.
"Es increíble que pocas semanas después del fallecimiento de Diego Mendieta se nos informe de otro caso de un jugador en Indonesia que padece una enfermedad seria y espera en vano por su salario", dijo el delegado de FIFPro para Asia y Oceanía, Brendan Schwab.
Indonesia, que sólo ha participado en un Mundial de fútbol -en 1936, cuando el país era colonia holandesa- está actualmente en el puesto 156 de la clasificación de la FIFA.
Sin embargo, los grandes clubes internacionales observan con interés la pasión que desata el fútbol entre los más de 240 millones de indonesios, especialmente entre los jóvenes, y el potencial de su economía emergente.
Inter de Milán y Valencia disputaron partidos amistosos el año pasado en Indonesia, y Arsenal y Liverpool han confirmado giras veraniegas en 2013 con la intención de abrir un nuevo y prometedor mercado fascinado por las estrellas extranjeras.