KAKÁ
"Estoy recuperando sensaciones que parecían perdidas"
Ahora el Bernabéu despide a Kaká con una ovación unánime cuando hace apenas unas semanas le silbaba y abogaba por su traspaso.
Hace un mes, el 13 de enero, Kaká fue expulsado en Pamplona en apenas 17 minutos por dos acciones infantiles. El madridismo se encolerizó con el brasileño y en todas las encuestas, sin excepción, una gran mayoría abogaba por una venta inmediata en el mercado de invierno. Él mismo alimentó esa solución drástica con su visita-express a Milán y su comida-flirteo con Adriano Galliani para sopesar su regreso a Italia.
El Bernabéu no quería saber nada del Balón de Oro de 2007 hasta que él mismo revirtió esa situación con la pelota en los pies. Ante el Sevilla, el pasado día 9, y ante el Rayo, nos recordó a aquel jugador ágil, trepidante y talentoso que conquistó el mundo en San Siro. Además añadió un plus de intensidad, asignatura que tenía pendiente con Mourinho. Un ejemplo documentado. Ante el equipo de Paco Jémez, fue el jugador del equipo que hizo más faltas (4).
Feliz. Estamos ante un nuevo Kaká. Sus palabras no dejan lugar a la duda: "Si me sigo esforzando al máximo, todavía puedo soñar con todo. Entrenándome a tope como estoy haciendo, podré lograr mi meta y gustar al madridismo". A Kaká se le ve comprometido ante la llegada de las dos etapas alpinas cuyas cumbres ya asoman: Camp Nou (día 26 de febrero) y Old Trafford (5 de marzo). "Estoy trabajando duro por el equipo, por mi entrenador y por el madridismo. Estoy recuperando sensaciones que parecían perdidas".
Sólo ha jugado el 33,4% de los minutos posibles. Kaká aterrizó en el verano de 2009 en el regreso de Florentino a la presidencia del club. Un total de 67 millones de euros en concepto de traspaso le convertían en el tercer fichaje más caro de la historia del Madrid, sólo superados por los 96 de Cristiano (ahora parecen baratos) y los 75 de Zidane (bien amortizados). Pero Kaká, que reunió el día de su presentación a 60.000 fans en el Bernabéu, ha supuesto un fiasco mayúsculo. De hecho, en estas tres temporadas y media sólo ha jugado el 33,4% de los minutos posibles (6.171 de los 18.450 disputados por su equipo en ese tiempo). Pero la afición le sigue esperando. Tendrá otra oportunidad.