OSASUNA - REAL ZARAGOZA
El tiempo de las finales
La ausencias marcan un partido de rivalidades y necesidad. A Osasuna se le escaparon en en el alargue en Mallorca dos puntos de oro. El Zaragoza no ha ganado en 2013.
Manolo Jiménez decretó ayer el estado de excepción: "Ahora todos los partidos son finales". Es decir, regresa el lenguaje de la supervivencia. El no se puede fallar más, el todos los partidos son vitales, el hay que dar el 120% y otras hierbas... Tras despedir 2012 con una prometedora victoria en San Mamés, el 2013 ha compuesto el peor augurio: ni un solo triunfo, lo que devuelve al Zaragoza a su realidad de los últimos años. Osasuna lleva meses braceando abajo, así que la necesidad no lo toma por sorpresa: está a dos puntos del equipo aragonés y sabe que este partido es propicio para hundirlo en el fango de las últimas plazas.
A Osasuna se le escaparon en en el alargue en Mallorca dos puntos de oro. Y además lamentó aquel gol anulado a Rubén, lo que empeora las conclusiones. Históricamente se ha sentido seguro estas tres últimas décadas en su campo con el Zaragoza, pero ahora hay dos factores distintivos: el equipo de Jiménez saca más puntos fuera (14) y Osasuna ha dejado escapar 20 del Reyno de Navarra. La rivalidad siempre inflama este cruce. El estado carencial de ambos multiplicará ese efecto.
Cambios atrás. Mendilibar rearma la zaga con Arribas y atacará con Cejudo por la derecha, De las Cuevas al otro lado y Armenteros como enganche con Kike Sola. Nino, con molestias esta semana por una pubalgia, se quedaría a la espera. Jiménez debe reconsiderar una semana más su defensa (Pintér cubrirá la baja de Álvaro) y en ataque, huérfano de Postiga, apostará por Rodri y Rochina, dos nuevos. José Mari vuelve en un choque que promete aspereza y nervios camino de la medianoche.