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REAL MADRID | SANTILLANA

"Yo me tenía que buscar la vida; Cristiano es una bestia"

Observen la foto de la derecha y comprenderán la similitud entre el remate de Cristiano y el que Santillana (643 partidos con el Madrid, 290 goles) hizo ante el Inter en 1981.

Actualizado a
REAL MADRID - INTER DE MILAN. 1-0 SANTILLANA
DIARIO AS

Cuando Cristiano se elevó muchos veíamos a Santillana rematar ese balón. ¿Le pasó a usted?

Un poco sí, porque él salta mucho y se mantiene muy bien en el aire. Se suele apoyar en el físico que Dios le ha dado para llegar a balones muy altos. Y en este caso, que es lo que más importa, le pudo dar dirección al balón. Francamente, es un gran rematador de cabeza.

¿Marcó usted algún gol parecido?

Usted habla de uno al Inter en Copa de Europa, en la ida de semifinales de la 1980-81. Quedamos 2-0 y luego pudimos pasar a la final que perdimos con el Liverpool (1-0). Pero a mí me costó mucho más trabajo que a él (risas). Era un balón que venía centrado por Juanito, que luego marcó el segundo. La clave fue la anticipación. Yo era listo para eso. Me movía unas décimas de segundo antes que los demás y ahí les ganaba la posición. Busque la foto, todos están mirándome con la boca abierta (tienen la imagen a la derecha).

En unas semifinales y ante el Inter... ¡Noche grande!

Al Inter le hice cinco o seis goles en cuatro o cinco años. Y otro de ellos también muy bonito, un balón que venía desde la derecha centrado por San José, pero no con mucha rosca. Venía plano, tocado con el empeine, y tuve que poner mucho de mí. Ese me gustó más que el de la semifinal por difícil. El balón pegó en el palo y entró.

¿Por qué remataba usted tan bien de cabeza?

Hombre, no se me debía de dar muy mal cuando con el paso del tiempo comenzaron a rondarme con la frase con la que se describía al mítico Telmo Zarra: "La mejor cabeza de Europa después de Churchill". Pero a mí me costaba mucho más trabajo que a Cristiano, ya le digo, entre otras cosas, porque tengo diez centímetros menos. Digamos que él se vale de su presencia física para ganar la posición a cualquier defensa. Yo me tenía que buscar la vida, ingeniármelas para anticiparme a aquellos defensas que solían medir mucho más que yo. Así que tenía que moverme mucho dentro del área.

¿Y era algo innato en usted o trabajado?

Mire, en Santillana del Mar, de donde yo soy, no teníamos ni campo de fútbol. No recuerdo rematar bien de cabeza con 12 o 13 años. Y además, en juveniles yo llevaba el ocho, ni siquiera era delantero centro. Realmente donde empecé a rematar bien de cabeza fue en el Racing, con 17 o 18 años.

¿Quién se dio cuenta de que valía para eso?

Fernández Mora, que era mi entrenador allí. Me quitó el ocho y me puso el nueve. Tenía dos extremos, como Aguilar, que luego vino conmigo al Madrid, y como el zurdo Isidro Ruiz, que eran extremos de la vieja escuela y me ponían unos balones que no veas. Y me fui acoplando. Y entonces me empecé a tomar en serio aquello de 'centro y remate'.

¿A qué se refiere?

Pues no le exagero si le digo que Fernández Mora me tenía casi una hora al día trabajando solamente eso.

¿Con aquellos balones tan duros?

No se imagina los dolores de cabeza con los que terminaba (risas). Pero era joven y lo aguantaba todo.

¿Cuáles son las claves de un buen remate de cabeza?

La intuición y sobre todo la anticipación. En el área hay mucha gente y es complicado que el balón venga justo a la cabeza. Te tienes que buscar tú las habichuelas. Luego, tener buenas piernas para saltar. Poder mantenerte en el aire para coger el balón en el punto más alto posible y, finalmente, para mí lo más importante, es tener fuerza en el cuello y coordinación para dirigir la pelota. Eso es lo que no tiene cualquiera. Michael Jordan saltaría mucho, vale, pero luego hay que ponerla donde tú quieres. Yo he visto gente que saltaba una enormidad y que remataban fatal.

Usted fue el maestro. ¿Quién se le acercó?

Muchos: Morientes, Zamorano, Quini, Bakero, Satrustegui Era una cualidad, entonces, de los delanteros centro cuando se jugaba con extremos puros. Y en España ha habido siempre muy buenos rematadores de cabeza. Y fuera, Van Basten, Batistuta ¡Y mire cómo remata Drogba, que es una bestia de cabeza!

¿Y Cristiano, se le acerca a usted?

En cierto modo sí, porque se mantiene muy bien en el aire. Pero ya me hubiera gustado a mí tener la mitad de condiciones que él, le envidio en eso. Es una bestia. Tiene todo o casi todo, aunque para mí, y por suerte para él, no es un gran especialista sólo en eso. Él tiene mil condiciones que yo no tenía, por eso yo llegué a ser lo que llegué a ser

Su modestia es admirable, pero diga, ¿cuál fue el gol más bonito que marcó usted así?

Esos dos al Inter y hay más: al Celtic le hice uno en plancha muy bonito, a Las Palmas en el Bernabéu le hice otro precioso estando Carnevali de portero. No sé, hice muchos. Y permítame una licencia. El que mejor recuerdo me dejó fue con el pie. Con el Derby County. Un centro de Del Bosque a mitad de área, paré el balón con el pecho, le hice al defensor que me salió un sombrero con la derecha y rematé de volea con la izquierda a gol. Era el 5-1 para pasar a la siguiente ronda en Copa de Europa tras una prórroga. Fue uno de los días más emocionantes para mí por muchas cosas, porque había 120.000 espectadores, porque era un equipo inglés y aquellos días había mucho revuelo con lo de 'Gibraltar español'.