Cristiano Ronaldo llegó a volar a casi tres metros en el gol

Ferdinand, central del Manchester, dijo ayer en Twitter: "Me dieron ganas de correr a estrangular a Cristiano". Una ironía que resumía la impotencia que sintió el equipo de Ferguson cuando Cristiano voló a 2,93 metros para enganchar el cabezazo del empate. Evra apenas pudo tocar la rodilla del portugués en el imponente salto, incapaz de hacer nada por evitar la conexión perfecta de la cabeza con el balón, en una acción para la historia de la Champions y del Madrid.

Fue en el minuto 29, cuando Di María templó desde la banda izquierda al segundo palo. Allí se impulsó Cristiano con tres zancadas para 'comerse' a Evra con una velocidad vertical que rompe las fórmulas científicas. Fue el empate que mantiene viva la llama de la esperanza del madridismo para remontar.

Según un estudio técnico realizado por el arquitecto Nacho Tellado en Punto Pelota, Cristiano elevó sus piernas hasta 1,23 metros en el momento de máxima altura y con las piernas flexionadas. En la acotación informática programada por ordenador el total de la altura en el remate se establecería en 2,93 metros. Para visualizar una proporción, se quedó a doce centímetros del aro de una canasta oficial de la NBA: 3,05 metros.

Es un salto que ha asombrado a toda la Europa futbolística, por más que Cristiano ya ha exhibido similar capacidad en otros remates similares. Sin embargo, en esta ocasión ha roto los moldes, llevando el impulso a límites de un futbolista superdotado. Los récords más sonados en jugadores de basket se sitúan en el 1,50 de elevación, que sumado a su estatura sobrepasan los aros para sus sonados mates. Cristiano 'mató' al Manchester.