Levante 2 - Valladolid 1
Otra remontada granota frena el despegue del Valladolid
Baraja adelantó al Valladolid, Barkero empató antes del descanso y, en el tiempo añadido, un autogol de Rukavina dio la victoria al Levante, que duerme en puestos europeos.
Cuando las tablas parecía lo más lógico el Levante volvió a firmar otra remontada. Y ya son muchas. Los granotas son de piñón fijo, no importa empezar perdiendo. Ellos siempre a lo suyo. Y se volvió a obrar. Esta vez a costa de un serio Valladolid que mereció, por lo menos, un puntito que tenía ganado hasta el último minuto. El involuntario gol de Ruka frena en seco el despegue de los pucelanos y da aire a los de JIM, que empezaban a necesitarlo tras sus tropiezos fuera de casa. El Ciutat es el Ciutat y no es fácil salir vivos. Hoy lo comprobó el Valladolid.
Dos golazos sirvieron de prólogo y preludio de la primera mitad. Prácticamente en la primera llegada, Baraja enganchó un balón en la frontal tras un despeje en un córner y sorprendió a Munúa. Con este gol cambiaba pronto el guión. Al Levante le tocaba ahora tener el balón y mandar mientras que el Valladolid se limitaba a esperar y buscar alguna contra. Todo lo contrario a lo habitual de estos equipos. Llegó pronto la réplica granota. Lo intentó Diop desde fuera obligando a Dani a una de sus estiradas. También Rubén y Martins que buscaba revolverse en el área sin éxito. Las ocasiones eran todas de los locales con un cabezazo de Diop y una llegada de Iborra a línea de fondo que no pudo conectar con Oba. Pero al final tuvo que ser un ‘Barkerazo’ para poner el empate. Fue al filo del descanso y Dani sólo pudo tirarse para la foto. Y aún tuvo una última el ‘7’ granota con el tiempo cumplido en la que Dani respondió con una buena mano.
Se cambiaron los papeles en el segundo acto. El Valladolid quería ahora mandar con el balón y el Levante esperar agazapado para poder hincarle el diente a su presa. Lo que más le gusta a los de JIM. Las endiabladas salidas a la contra se sucedían y el peligro era constante en el área de Dani Hernández. Primero lo intentó Barkero de lejos. Cuánta falta le hace el vasco a la maquinaria levantinista. El Zhar no acertaba a rematar de cabeza un centro de Juanfran ni Rubén con el pie otro de Lell desde la derecha. Mientras, los centrales pucelanos asfixiaban a un Martins que no encontraba espacios para destrozarlos a la carrera. Djukic movía sus fichas dando entrada a Bueno por Omar. Y pronto reaccionaba JIM haciendo debutar a Valdo y metiendo también a Juanlu.
Despertó el Valladolid a falta de un cuarto de hora con llegadas peligrosas por las bandas. En una de ellas a punto estuvo Larsson de silenciar el Ciutat pero se encontró con una maraña de piernas azulgranas y su compañero Javi Guerra al que le dio un balón que era gol. Navarro y Munúa secaban al ex granota y el peligro venía desde lejos y Bueno trató de sorprender pero se encontró con Munúa. El partido moría, faltaba un último arreón y la mejor ocasión la tuvo Valdo que no supo remachar a puerta vacía un centro de Lell. Diop aguantaba cojo, como podía. Y entonces se aparecióla Diosa Fortuna al Levante y la desgracia al Valladolid. Rukavina se metió en propia puerta. Él no quería, pero si no ahí hubiera estado Martins para acertar. El nigeriano lo celebró como si fuera suyo, pero daba igual porque lo importante era que se culminó una nueva remontada ante un equipo, el de Djukic, que no mereció tanto castigo.