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ATLÉTICO 2 - BETIS 0

Falcao y Filipe hacen los goles y Courtois, las salvadoras paradas

El Atlético hizo una gran primera parte y superó al Betis con dos goles. Luego, en la segunda, se replegó para conservar el resultado y acabó dominado y sufriendo. Su portero fue decisivo.

Los jugadores del At. de Madrid celebran el segundo gol del equipo rojiblanco.
Los jugadores del At. de Madrid celebran el segundo gol del equipo rojiblanco.Alberto MartínEFE

Descubrió por la malas el Betis, el señor Betis de Pepe Mel, los dos rostros de este arrollador Atlético. Primero, la cara A, el equipo que presiona siempre como si fuera perdiendo 1-0 una final y restasen 10 minutos, el que rodea al mejor delantero centro del mundo con una serie de lugartenientes con fama de secundarios y rendimiento de protagonistas, con ese delantero extraño e imprevisible llamado Diego Costa al frente. Después, ya con 2-0 y la mandíbula desencajada a golpes, se estrelló con la cara B, la eficiente defensa que apenas permite ocasiones y el excepcional portero a cuyo futuro sólo se puede mirar con gafas de sol. Dicen los detractores de Courtois que el Atleti no debería formar un guardameta al Chelsea. Por rendimiento, debería mandar una cesta cada Navidad a Stamford Bridge agradeciéndole el préstamo por dos años de semejante joya.

Durante 25 minutos el Atlético fue una apisonadora. Con Gabi tocando a rebato como si persiguieran una pelota rellena de diamantes, el Betis no lograba alejar a sus rivales del área de Casto ni para tomar aire. Avisó Godín con un cabezazo a placer que se le escapó fuera y golpeó Falcao, que de lo único que te avisa es de que se ha quedado el balón dentro de la red. La jugada fue preciosa. Gabi recuperó un balón en campo enemigo antes de pasar a Diego Costa, que tras darse un lujito ante Perquis, cedió a Raúl García, cuyo centro perfecto lo cabeceó Falcao sin que su marcador descubriese por dónde le había sobrepasado. Gran gol.

Y antes de que Undiano se enterase de qué iba el asunto, un lío en cada salto y él disfrutando de la noche, Diego Costa actuó de nuevo. Es curioso lo del brasileño, porque mientras lo estás viendo te da tiempo a pensar varias veces en cada jugada que se va a caer o a dejarse el balón atrás o cualquier pequeño desastre. Y no. Tras un mal control, mareó a Chica con una serie de bicicletas y pasó a Godín, que dejó atrás para que Filipe Luis, extremo disfrazado de defensa, fusilase. Era el minuto 23 y olía a goleada. Pero el Betis tenía otros planes.

Aun en una noche gris de sus dos estrellas, Beñat y Rubén Castro, el equipo de Mel es ejemplar. Vertical y valiente, adalid del ‘si va a ser un desastre, que sea esplendoroso’. Así pudo empatar antes del descanso. Primero una inverosímil cuádruple ocasión, que culminó con una parada prodigiosa de Courtois a Vilarchao. Después, con Rubén Castro añorando un vaso más de leche en su infancia para haber alcanzado un balón que se le fue por un centímetro.

Y si alguien esperaba depresión en el descanso por las oportunidades perdidas, craso error. El Betis agarró la segunda parte como si fuera suya. Pero fue de Courtois, que le sacó a Molina otro remate a bocajarro y el Betis, aunque lo siguió intentando, entendió que aquella no iba a ser otra noche mágica en su estadio fetiche, donde ha ganado dos Copas.

El Atleti, con la loca presión del primer tiempo pasando factura, resucitó con los cambios. Entraron Koke y Cebolla y al final rondó el 3-0 en tres ocasiones (Mario Suárez, Koke y Falcao). No hubiera sido justo. El 2-0 le da ventaja, pero no sentencia. Es su novena victoria seguida en casa sin encajar un gol. Cada día, un récord. Qué equipo.