Pleno del Atleti en el Calderón

Si el tópico es cierto y lo difícil no es llegar, sino mantenerse, el Atleti de Simeone parece dispuesto a colgarse otra medalla. La solvencia con la que despachó al Zaragoza, ordenadito pero superado siempre, es un clavo más en el ataúd del antiguo Atleti, aquel que acuchillaba por la espalda a sus seguidores cada vez que se confiaban, ese alma errante del que uno nunca sabía qué esperar, capaz de todo menos de ser fiable. Ahora, cierra la primera vuelta con números de líder en Ligas no tan pretéritas: diez victorias en diez partidos en el Manzanares, 44 puntos, el Madrid a siete, 18 goles de Falcao, diez encuentros con la portería a cero, vivo en Copa y en Europa... Si persiste la desconfianza, ningún dato la respalda ya.

Sólo dos focos de leve distorsión alteraban la previa. El recibimiento a Arda tras decir que quiere irse y la continuada suplencia de Mario Suárez en beneficio de Tiago. Ambos protagonistas aniquilaron cualquier polémica en un suspiro. El Calderón recibió al turco con cierta frialdad, pero sin reproches. Tres arrancadas y un túnel después se estaban besando. Mientras continúe en el Atlético, Arda es indispensable, el toque de distinción. Reconducir la relación sería positivo para ambas partes. La banda izquierda que forma con Filipe Luis es un espectáculo.

Tiago lo tiene más difícil. Acaba contrato en junio y el Atleti no planea renovarle pese a que Simeone le tiene en alta estima. Su rendimiento parecía en declive, pero está aprovechando esta última oportunidad. Ya jugó bien en Palma y ayer asumió el mandó desde el inicio. Activo en la recuperación y preciso en el pase para aprovechar los desmarques en ruptura que Falcao y Diego Costa han convertido en seña de identidad ofensiva del equipo. A los 7 minutos, dejó sólo al Tigre ante Roberto, pero un control largo del delantero y una buena acción del portero frustraron la ocasión. En el 31’, tras varios avisos locales a un Zaragoza que consideraba tóxica la pelota, Tiago cabeceó a gol un córner sacado por Gabi. Justo premio.

No despertaron los del Jiménez con el golpe. Miranda remató mal a bocajarro en otro saque de esquina y Sapunaru cometió un penalti de manual sobre Arda. Falcao no perdonó. 18 goles lleva el angelito pese a que ayer falló más que de costumbre. Sólo tras el descanso, el Zaragoza dio un paso adelante. Un pasito, más bien. El Atleti siguió llegando, convirtiendo a Roberto en el mejor visitante ante el equipo en el que se formó y que le tiene en la corta lista de posibles sustitutos de Courtois. Al menos, el belga tuvo ocasión de sacudirse un poco el frío (sensación térmica de cero grados durante el partido) en un disparo lejano de Apoño.

Pudo Arda culminar una reconciliación digna de Corín Tellado, pero Roberto le detuvo un gran disparo y Falcao falló tras una estupenda pared. Tampoco hay que abusar, pensaría el turco mientras se retiraba en medio de una ovación. Aunque eso explíquenselo a Diego Costa, notable de nuevo y al que no le gustó ser sustituido: quería más. Ambición made in Simeone. Fue Loovens quien rozó el 3-0 en un malentendido con Roberto, pero ya daba igual, el partido llevaba resuelto desde el inicio. Al solvente Atleti no le gusta la intriga.