500.000 euros por Adriano y la necesidad de reinventar

El final de 2012 no ha sido bueno para el Sevilla. El equipo entró en una espiral de malos resultados, divorcio con la grada y contratiempos en forma de lesiones y sanciones que le han llevado a sumar unos números alarmantes. Con ese cuadro y dando por hecho la continuidad de Míchel, al menos de momento, el Sevilla no quiere tomar decisiones en caliente y por eso, la planta noble de Nervión ha decidido desconectar unos días y no habrá incorporaciones o salidas de forma inminente.

No será fácil reforzar el equipo. La economía no acompaña y no se esperan demasiados movimientos. El Sevilla se limita a esperar. Primero, la llegada en los próximos días de 500.000 euros que caerán en las arcas de Nervión como agua de mayo. Se trata de una cantidad correspondiente a los pluses firmados en el contrato de compra-venta de Adriano al Barcelona, que firmaron los clubes. El acuerdo, en su día, entre las dos entidades fue por 9,5 millones de euros más otros cuatro en función de objetivos.

Salidas. En cuanto a posibles salidas, el club no las descarta si llegan buenas ofertas. En el escaparate, jugadores como Negredo, Navas, Rakitic, Perotti, Fazio y Spahic, que si bien podrían aliviar con su marcha la situación económica del club, también dejarían un hueco importante en el equipo. Son los principales activos de la entidad sevillista y eso ayudaría a equilibrar el presupuesto, aunque podría tener su lectura negativa en lo deportivo si no se encuentra un sustituto de garantías, algo que parece casi imposible si hablamos de jugadores como Jesús Navas, pulmón de este Sevilla.

Así las cosas, y a la espera de nuevos movimientos, a Monchi le toca reinventarse. No le pilla de nuevas. En la época de economía de guerra, tras el último ascenso a Primera, el acierto de la dirección deportiva y la potenciación de la cantera convirtieron al Sevilla en un club al alza, ejemplo de gestión, que crecía económica y deportivamente gracias a las ventas.

Tiempo de espera en el Sevilla ante la necesidad de darle un giro a la actual situación. Pasados los primeros días de fiesta, empezarán los movimientos.