PLZEN 1 - ATLÉTICO 0
Un vulgar Atleti tira el liderato
Cae en Plzen y pasa segundo a dieciseisavos. Puede tocarle el Chelsea. Prochazka marcó en un córner mal defendido. Diego Costa, expulsado por agresión
Simeone no engaña: el objetivo es la Champions y todo lo demás, aderezo. El problema es que, con el margen adquirido en Liga y los benévolos sorteos, la afición sueña con motivos con asaltar Copa y Europa League y redondear un curso fantástico. Ser ambicioso no es un defecto, aunque los extraños y tardíos cambios del Cholo y la apatía del equipo parecieran señalar ayer en dirección contraria. Con la derrota en Plzen, el Atleti pasa a dieciseisavos como segundo y se podrá cruzar con los primeros del resto de grupos (el Liverpool entre otros) y los cuatro mejores terceros caídos de Champions: Benfica, Cluj, Olympiacos y, sobre todo, el Chelsea de Benítez, que ya ha dicho que quiere el título (no está para elegir). Qué ganas de encontrase tan pronto sin necesidad...
La crisis del juego del último mes y medio, en el que sólo jugó realmente bien ante un Sevilla con diez, ha expuesto las limitaciones futbolísticas de un equipo en el que Simeone ha hecho magia en todo lo relacionado con la actitud, la preparación, el orden y el compromiso. Pero la calidad no se fabrica y, Arda al margen, el Atleti va justito. Sin Diego, la segunda vía debe ser Adrián, que volvió a dar síntomas de recuperación... aunque no culmina. Es vital y urgente.
Porque Diego Costa, que le había rebasado por la derecha rumbo a la titularidad ha vuelto a las andadas. Dio continuidad al esperpento coprotagonizado con Ramos con una expulsión en el último instante por propinar un cabezazo a Limbersky. Su tendencia natural es utilizar la cabeza para agredir tanto como para pensar y rematar. Lástima de potencial amenazado. Tras la exposición que le dio el derbi, está en el foco y Simeone tendrá que acortar la correa durante unas semanas para evitar disgustos.
Hasta la roja, el partido del brasileño ya chirriaba. El Plzen se había adelantado tras 26 minutos de soporífero tanteo, en un córner que el Atleti defendió como si los rivales se hubieran untado con cabrales antes de salir a jugar. Bien lejos. Así, peinó Duris y fusiló Prochazka sin oposición alguna. Asenjo estaba vendido. Al golpe respondió el Atleti con un buen pase interior de Adrián que desaprovechó Diego Costa. La situación se repetiría tras el descanso: buen pase del asturiano y el brasileño, esta vez centrado y con toda la ventaja del mundo, se ciega ante Kozacik. No era su día.
Previsible.
Sólo tras la entrada de Koke, por un Juanfran intranscendente en su regreso al mediocampo, el Atlético amagó con lograr el empate necesario. Pero cuatro defensas checos le parecían la Gran Muralla china: no encontraba una rendija. Pase horizontal tras pase horizontal, pelotazo a la olla tras pelotazo a la olla... El simulacro de asedio transcurrió con menos imaginación que un guionista de cine X y la misma emoción que una partida de poker sin dinero.
No ayudó Simeone, que realizó dos cambios en los últimos cinco minutos y, por alguna extraña razón yendo perdiendo, no los hizo a la vez pese a estar preparados Saúl y Pedro. En vez de perder un minuto, volaron dos. Y como broche, el show de Diego Costa. Acabó así una primera fase de la Europa League gris plomo. Tiene el Atleti ahora tres meses para reflexionar cómo afrontará el resto del torneo. Tirarla sería tener una memoria muy corta.