RAYO VALLECANO 2 - MALLORCA 0
Leo deslumbra a Vallecas y al Mallorca con su fútbol imposible
El brasileño rentabilizó el larguísimo asedio del Rayo al Mallorca. Marcó a falta de tres minutos y asistió a Delibasic a falta de dos.
Volvió a demostrar que es el nuevo tótem de Vallecas. Con sus regates imposibles, con su elegante y larguísima zancada. A sus 20 años, Leo Baptistao ya ha sido encumbrado por una afición que necesita jugadores especiales para dar color a su día a día. Se crió con Neymar jugando al fútbol sala, y eso le sirvió para adquirir técnica y a sacar de su profundísima chistera trucos para salir airoso en espacios reducidos. Esta tarde anotó un gol y puso en bandeja el segundo a Delibasic. Lleva seis goles en Liga. Leonardo Carrilho Baptistão, en la Albufera te adoran.
Ni Rayo ni Mallorca estaban para bromas. El conjunto franjirrojo, noqueado en Anoeta, buscaba otro golpe de efecto, una nueva tarde de aventuras con final feliz. El Mallorca, con siete jornadas consecutivas sin ganar, pensó desde el minuto uno que parapetar su área le llevaría al empate, pero no contaba desde luego con el efecto Baptistao. La primera ocasión del partido estuvo en las botas de José Carlos, pero su remate se marchó demasiado alto (minuto 17).
El Rayo, transgresor como siempre, fue lanzando garfios en el demoledor buque presentado por Caparrós, con dos centrales tan serios como Geromel y Conceicao y un delantero con muchos galones como el israelí Hemed, perdido con los balones largos que enviaba cada dos por tres su zaga. Piti pudo poner el 1-0 en el minuto 34 tras un buen remate de cabeza a centro de José Carlos, pero el esférico se marchó algo lejos de la meta defendida por Aouate.
Atrás, los encargados de achicar agua en el Rayo eran esta vez Amat y Rodri, con el canterano Nacho de lateral izquierdo -estuvo sensacional- por la baja de Casado. La buena noticia es que tuvieron poco trabajo, y que cumplieron en la artes que se les exige: contundencia, colocación y al menos, cierta velocidad… aunque la más clara de la primera mitad fue del Mallorca. En el minuto 40, Cobeño se confió, y por querer jugar el balón con los pies, Hemed le robó la cartera, Giovani asistió a Pereira y el francés a punto estuvo de inaugurar el marcador.
La segunda mitad olía a lo mismo que la primera. Dominio del Rayo, sobre todo gracias a que su timón, Roberto Trashorras, demostró de nuevo que es imprescindible en este equipo. También el Chori Domínguez, más fino y mucho más rápido conforme se suceden los partidos, no dejó de correr en los 78 minutos que disputó. Estuvo bravo el argentino.
Sin embargo, los planes de los locales se torcieron con dos lesiones. La primera, del onubense José Carlos en el minuto 50, y la segunda mucho más grave, del central Rodri en el 56. Tibieza cuando Franco Vázquez ingresó en el terreno de juego. Silencio aterrador y pitos cuando entró Labaka.
El Mallorca poco a poco fue replegándose cada vez más, y empezaron a entrarle los sofocos, aunque Pereira estampó el balón en el larguero tras una jugada muy pitada por la grada, en la que los visitantes no echaron fuera un balón cuando había un jugador del Rayo tendido en el terreno de juego.
En el tramo final de encuentro, Tito ingresó en el área de Aouate y a punto estuvo de marcar, pero el meta israelí despejó un remate a bocajarro. En Vallecas se celebró a medias un remate raso de Leo, que se marchó por la zona exterior la red, por fuera, pero no tardaron mucho en festejar el primero. Baptistao, en carrera, y en la zona de tres cuartos de campo, levantó la cabeza, preparó su pierna y descargó un derechazo raso que supuso el 1-0 (minuto 87). Dos más tarde, con la grada enfervorizada, el propio Leo dejó en bandeja el 2-0 a Delibasic tras una jugada en la demostró ser especial y un velocípedo sin igual, un artefacto explosivo de imposible catalogación y desconocida composición química. Leo, eres rara avis en Vallecas.