RACING 2-ALCORCÓN 1
Un Racing a la contra se impone
Goikoetxea y Jairo, uno en cada tiempo, distanciaron a los cántabros. Sales, en el descuento, acortó distancias para los madrileños, que tuvieron posesión pero no peligro.
La mayoría de los toreros acaban su faenas matando al volapié. Ya saben, echándose encima del animal con todo el arrojo del mundo. Otros, raramente, cuando la tarde es especial o la bestia lo demanda, matan recibiendo. Enseñan la muleta, provocan la embestida del toro y aprovechan su movimiento para darle matarile. Así, recibiendo, dejó ayer el Racing listo de papeles al Alcorcón.
El equipo de Bordalás tuvo el balón, ejerció un dominio territorial aparente, sin peligro, pero en realidad no estaba más que acudiendo a los toques de muleta racinguistas. Especialmente sangrantes fueran las ocasiones de gol, reiteradas, que los locales tuvieron aprovechando saques de córner o de falta a favor de los madrileños. Los de Fabri gobernaron el partido desde la contra. Tanto que el resultado es un espejismo. Cuando Fernando Sales redujo la diferencia, Manu había salvado a los amarillos de la goleada.
Cambios.
Por primera vez en la temporada, Fabri apostó por sacar dos delanteros (aunque en la práctica jugó con uno, porque Kaludjerovic, como Enrich enfrente, no compareció) y eso le dio más opciones de ataque que en toda la Liga. A cambio, debilitó el medio donde Sanz, Mora y Miguélez doblegaron a Gullón y Dorca, pero sin embargo no encontraron espacios. O no encontraron a Oriol, que sancionado se quedó en casa. Solo al final, cuando salieron Quini y Morán, los centrales cántabros sufrieron un poco.
El Racing, en su mejor partido del curso, lo cual no era nada difícil, evitó con el triunfo de ayer entrar en una crisis aún más profunda que la endémica con la que convive.