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Liga BBVA | Zaragoza

Mestalla: el equipo remató más que en toda la Liga

El Zaragoza ha progresado y en Mestalla hizo el partido más completo en ataque: tuvo la pelota más que su rival, algo que no lograba desde la primera jornada, y forzó a Guaita a parar más del doble que Roberto. Su falta de puntería y la vulnerabilidad en su área volvieron a condenarlo.

Actualizado a
<b>DECEPCIÓN. </b>Sapunaru, Romaric y José Mari lamentan un gol del Valencia: el Zaragoza encajó dos goles en su mejor partido en ataque.
alberto iranzo, david gonzález

El Real Zaragoza elevó en Valencia todos los parámetros de su juego ofensivo... salvo el de los goles. El desacuerdo entre el juego, los datos de posesión y remates a portería y el resultado final (una victoria relativamente cómoda de un Valencia que no precisó hacer grandes méritos para el 2-0) es más grande que nunca en las seis jornadas de Liga. No se trata sólo de las sensaciones, lo ratifican las estadísticas: en Mestalla, el Zaragoza remató más que en ningún otro partido (17 a puerta y ocho entre los tres palos), y tuvo más posesión que en los cinco partidos anteriores: más de un 52%.

La demostración palpable de que el Real Zaragoza llegó más y mejor es que Guaita, el meta del Valencia, intervino más del doble de veces que Roberto. Sin embargo, éste encajó dos tantos: los goles de Feghouli y Viera llegaron después de un par de rebotes en el área que les dejaron el remate franco. El Zaragoza le pegó al larguero, arriba o se encontró con Guaita. Su vulnerabilidad le hace conceder goles muy baratos. Y en el frente tiene problemas para convertir sus ocasiones. Es un problema de dos lados, defensa y ataque. Estrecheces lógicas en un equipo cuya construcción se vio recortada por las apreturas económicas.

Progresión. Aunque en las primeras jornadas se hizo mucho hincapié en los problemas defensivos, las preocupaciones de Manolo Jiménez incluían también el flujo de ataque. El equipo ha mejorado de forma apreciable. Aunque le cuesta dar velocidad a sus transiciones, ha conseguido al menos más fluidez y encuentros en el ataque. Apoño y Montañés se entendieron bien en la primera parte, cuando más peso tuvo el malagueño. Víctor Rodríguez, que remató al travesaño, crea peligro y encuentra a Postiga. Le puso un balón de gol al portugués y otro a Sapunaru, que no pudo definir el cabezazo.

Los datos avalan la impresión de que el Zaragoza va haciéndose menos previsible y que Postiga ya no juega tan solo. En los cinco partidos anteriores, el equipo había rematado entre diez y once veces. Esta vez subió a 17. Su manejo de la pelota también ha mejorado: salvo con el Valladolid (cuando registró un 56% de posesión), en el resto de partidos había estado por debajo de su rival. Esta vez superó al Valencia con un 52% largo. Pero el fútbol es arbitrario y a menudo el marcador no refleja la tendencia del juego: curiosamente en su victoria más clara, ante Osasuna, sólo tuvo el balón un 40% del tiempo.