Liga BBVA | Real Madrid

Competición cambió de criterio y metió cuatro partidos a Coentrao

Llamar hijo de puta al árbitro vuelve a ser insulto después de dos años sin serlo. Puñal sufre el mismo cambio de criterio. A Tito Vilanova le caen a su vez dos partidos por una nadería.

<b>PÉREZ LASA. </b>Escuchó el insulto de Coentrao desde el banquillo, le sacó la roja y luego lo consignó en el acta.
Marco Ruiz
Nació en Granada en 1977. Licenciado por la Universidad Europea, entró en AS en 1999, por tanto, es canterano y ‘one club man’. Tras hacer la información del Atlético dos años pasó a formar parte de la sección del Real Madrid, de la que ahora es su Redactor Jefe. Cubrió la Eurocopa de 2008, tres Mundiales de Clubes y una final de Champions.
Actualizado a

Noticias relacionadas

Competición falló ayer sobre los casos de Coentrao, del que Pérez Lasa escribió en el acta haberle llamado "hijo de p..." y de Puñal, que dijo a Muñiz "me cago en tu p... madre". A ambos jugadores les cayeron cuatro partidos al aplicársele el artículo 94 del Código Disciplinario de la RFEF: "Insultar, ofender o dirigirse en términos injuriosos al árbitro (...) se sancionará de cuatro a doce partidos". Cuatro partidos o más es falta grave, por lo que cumplirán la sanción en orden cronológico. Coentrao no pudo jugar ayer la Supercopa. Por otro lado, a Tito le cayeron dos encuentros sólo por protestar (sin insultar) una jugada, aplicándosele el artículo 120 que establece "sanciones de dos a tres partidos" para ello.

Con este fallo los nuevos miembros del Comité reponen como insulto grave el acordarse de la madre de un árbitro, cuando en los últimos años se había entendido como "desconsideración". Los favores concedidos arbitrariamente por el Villarato habían desvirtuado el Código Disciplinario. Un giro (ahora repuesto) que tuvo su origen en 2010. La Federación había llevado la final de Copa (que disputaban Atlético y Sevilla en el Camp Nou) a una fecha demasiado tardía, el 19 de mayo, poco antes de la Copa América. La propia Federación intercedió ante la FIFA para que Forlán y Agüero retrasaran la incorporación a sus respectivas selecciones y jugasen así la final. Luego, en la última jornada de Liga, en un Almería-Sevilla, Negredo se "cagó en la p... madre" del asistente de Rubinos Pérez. El delantero se exponía a una fuerte sanción (la que establece el artículo 94 y que ahora se ha aplicado, curiosamente, con un jugador del Madrid y otro de Osasuna) y a perderse la final de Copa. Pero Del Nido presionó a Villar, consciente del favor que le había hecho al Atlético con Agüero y Forlán. Y Competición falló que injuriar a la madre de un árbitro pasaba de insulto grave a desconsideración, y la roja de Negredo se convirtió en amarilla (jugó la final). Aquello sentó un precedente que se ha arrastrado estos años. De ello se benefició Pepe, por ejemplo, al que decirle a Paradas "vaya atraco, hijo de p..." en El Madrigal le costó dos partidos, o a Apoño, del Málaga, que llamó a Rubinos "cabrón, hijo de p..." en Mestalla y le cayeron también dos de sanción. Con el nuevo Comité, insultar al árbitro sale más caro.

Te recomendamos en Más Fútbol

Productos recomendados