Modric, técnicamente inmejorable...

Hay tres razones por las cuales los aficionados del Tottenham no llorarán la marcha de Luka Modric. Para empezar el club inglés ha vendido a uno de sus mejores futbolistas por el doble que costó el asturiano Santi Cazorla, así que por lo general se considera un buen negocio. Segundo, el croata es irremplazable, es decir, es muy difícil (y caro) para un equipo como el Tottenham buscar un sustituto que tenga el estilo y el prestigio de Modric. Comprar jugadores con mucho talento y venderlos en el mejor momento de sus carreras es una de las especialidades del presidente Daniel Levy, así que su marcha era algo que se esperaba ya hace tiempo. Finalmente nadie considera a Modric como una pieza indispensable en los esquemas.

Técnica. El croata es, según la afición londinense, un típico jugador del Tottenham: con mucho talento y técnicamente inmejorable. Pero nunca (o casi nunca) fue un futbolista que ganara o cambiara partidos. Más bien era el aceite que permitía que la máquina funcionara con fluidez. Así como Cesc o Silva son más influyentes, ni las asistencias de Modric ni sus goles pueden compararse a su potencial o talento. Hay margen para la mejora. Modric jugó en total 127 partidos en la Premier, marcó 13 tantos y dio 24 asistencias. Tras llegar por 19 millones del Dinamo de Zagreb, Juande Ramos le hizo jugar de mediocentro defensivo aunque sus limitaciones físicas le impedían destacar. Harry Redknapp adelantó su posición y mejoró sus prestaciones, siempre cerca del balón, siempre ofreciéndose. Jugó como segundo mediocentro pero con libertad para subir arriba y apoyar a los delanteros. Le tocó a menudo jugar a la izquierda de un 4-4-2 cuando Gareth Bale estaba lesionado o cuando el entrenador decidía poner en el once todo el talento que tenía disponible. Nunca destacó en banda, pero ayudaba a la creación.

Clave. En el Tottenham consiguió ser cuarto en dos ocasiones y fue esencial en el buen estreno en la Champions de 2011, eliminados en cuartos de final por el Madrid. En su última temporada, su estado de forma no alcanzó el nivel de años anteriores. Jugó 40 partidos, marcó cinco goles y dio seis asistencias. Silva, por ejemplo, participó en 49 encuentros, marcó 8 tantos y asistió en 22 goles. Si Mourinho decide hacerle jugar en lugar de Xabi Alonso, el Madrid perderá la habilidad de salir al ataque con balones largos (no es su especialidad) y tampoco puede disputar balones divididos como lo hace el español. Al lado de Xabi en partidos con gran posesión, podrá ayudar a mantener el control y dar opciones de pase, aunque defensivamente sería un riesgo. Podría reemplazar a Özil, quizás la opción mas probable, o incluso a Di María en banda como hizo en el Tottenham.