La otra final del verano

La previa europea pone en estado de alerta al Athletic. En mitad de un mes olímpico, en el ecuador de un verano que para los rojiblancos arrancó movido por la crisis de las obras que tuvo a Bielsa y la directiva al borde de la ruptura, el equipo empieza a competir al máximo nivel jugándose prestigio deportivo, estabilidad social y una importante inyección económica. El futuro del Athletic depende mucho de tener vida en Europa y eso pasa, obligatoriamente, por dejar atrás al Slaven Belupo, que se presenta como actual líder de la liga croata, y después ganarse un puesto para la liguilla en el play off que se jugará el 23 y el 30 de agosto.

El subcampeón del torneo no puede fallar en esta eliminatoria, que quiere dejar encarrilada de cara al choque de vuelta. Pero su juego ya no es ninguna sorpresa porque todos los que visitan San Mamés desde la pasada exhibición de Old Trafford lo hacen con la intención de meter el diente lo más dentro posible del músculo y la precisión que tumbaron al United con un fútbol que encontró calificativos poderosos en todos los rincones de Europa.

Citas malditas. El Athletic, desmembrado por la convocatoria de Luis Milla para los Juegos y por la escasez de fluidez propia de estas alturas de la pretemporada, necesita dar una vuelta de tuerca a su maquinaria, que se las prometía felices con la incorporación de Aduriz para ofrecer algo más de descanso a Llorente y que se ha topado con una inoportuna lesión muscular del ex jugador del Valencia.

El gusanillo competitivo recorrerá el cuerpo de los leones. Quizá también el de sus aficionados, conscientes de que en los últimos cinco debuts continentales no ha habido victorias y solo un empate.