Un naufragio de difícil explicación

El Benfica repitió paliza, humillación y repaso al Madrid 50 años después de aquella final de la Copa de Europa de 1962, en la que Eusebio se entronizó entre los grandes jugadores de siempre. Medio siglo después, nada parecía haber cambiado. Mourinho se fue enfadado de Lisboa tras el inexplicable apagón sufrido por su equipo en el Estadio Da Luz. Ya sé que estamos en plena fase de preparación, que faltan los internacionales y que había muchos chavales del Castilla. También apunto entre los eximentes que el Benfica estaba más rodado y ultramotivado al jugar ante 40.000 fieles y por defender el honor de su particular Di Stéfano, más conocido como La Pantera Negra. Pero el prestigio es patrimonio de la historia del Madrid y no hace falta que les diga que aún escuece en Concha Espina un 9-1 que le endosó el Bayern en Múnich hace más de 30 años

El partido fue un baile en el que los portugueses se sintieron tan cómodos que parecía que el Madrid había acudido a cumplir el trámite sin importarle el resultado. Javi García (que no olvida su pasado en el Bernabéu), Witsel (que quiere ser blanco algún día) y Carlos Martins (ex del Granada) se adueñaron del juego y del aquí estoy yo. Sólo Di María, motivado por su pasado en el club de las águilas, y el incombustible Callejón se resistían a aceptar el varapalo. El motrileño metió dos goles en dos minutos ("corre, corre, caballito"), pero por la parte de atrás jugaban a otra cosa...

Adán nos recordaba que Casillas sólo hay uno, Varane cateaba en una de las pocas oportunidades que va a disfrutar este año y los chavales del Castilla estaban como flanes. Los goles llegarían casi sin oposición y eso duele cuando luces la camiseta blanca del Madrid, impoluta y reluciente sin publicidad... Más adelante, sólo Lass cumplía con dignidad, mientras que Kaká volvía a recordarnos que Mourinho tiene un Lamborghini en el parking de Valdebebas, pero con el motor roto, las ruedas pinchadas y el volante torcido. Kaká, nadie te echará de menos. Lo peor que se le puede decir a un antiguo Balón de Oro

Mou, que perdió su virginidad en los amistosos de blanco (nadie es profeta en su tierra), reaccionó dando entrada a Coentrao, que sí dejó huella en el Benfica, y a Benzema. Pero ya era tarde. Un tal Enzo Pérez (¿mezcla entre Zidane y Florentino?) firmó dos golazos para la hemeroteca. Mejor coger hoy el avión y pensar que en California ya estarán Casillas, Cristiano, Xabi Alonso, Sergio Ramos, Özil, Khedira, Pepe, Arbeloa, Albiol El Madrid de verdad.