Modric no viajó a EE UU y se refugia en Croacia

Luka Modric no se presentó en la salida del vuelo que ayer transportaba al Tottenham hacia Los Ángeles, donde realizarán una pretemporada de ocho días, confirmando así su situación de rebeldía. El jugador ni siquiera está en Londres. Abandonó la capital de Inglaterra el viernes por la mañana temprano, cuando se le esperaba para su segundo entrenamiento. El club inglés no ha sabido su paradero en los dos últimos días. Modric ha vuelto a Croacia, donde espera, junto a su familia y agentes, a que todo se solucione cuanto antes.

Villas-Boas conoció por AS que el mediapunta ya estaba en su país. Fue de una manera rocambolesca. En una conversación con Van der Vaart y este periódico en el aeropuerto en la que el holandés sacó su teléfono, incrédulo ante lo que le decíamos sobre el paradero de Modric, y lo confirmó con la opción de conocer la ubicación del número de teléfono del croata, al que tiene asociado en el chat privado de la marca de su móvil. En ese momento, el propio técnico y varios directivos aún miraban de lado a lado en la terminal cinco del aeropuerto de Heathrow esperando a que apareciera. Aunque tenían la sospecha de que no viajaría, aún confiaban en que el mediapunta no diera ese paso. Modric tiene fama de ser un chico prudente, bastante culto (le encanta leer) y con la cabeza muy bien amueblada.

Por su parte, el Madrid no comparte la drástica decisión que ha tomado Modric de abandonar cualquier actividad con el club inglés.

Ahora las negociaciones se han enfangado y están en punto muerto. Levy se ha negado en rotundo a bajar de los 45 millones de su precio de salida, amparándose en que el año pasado lo tenía vendido al Chelsea por 40 millones y que este, el PSG pone 45. El Madrid sigue sin subir de 35. El enfado de Modric viene motivado por lo que sucedió el año pasado. Levy no quiso venderlo al Chelsea con la promesa de que este verano le dejaría salir si había una oferta de un grande de Europa, siempre que no fuera de Inglaterra, y se siente traicionado por los problemas que el club inglés le está poniendo al Madrid para realizar la transferencia.

El Tottenham ya ha tomado medidas a la rebeldía del futbolista. Modric se enfrenta a una fuerte penalización de 15.000 libras (19.000 euros) por cada día que se niegue a trabajar con su equipo, con el que tiene contrato hasta 2016 (lo renovó en 2010 por seis años pasando a cobrar cuatro millones de euros netos). Es el reglamento interno del Tottenham y será inflexible. Además, al pedir el 'transfer request', el jugador perderá la parte que le corresponda del traspaso, algo que en Inglaterra se estipula mediante una cláusula incluida en el contrato privado que los jugadores tienen con sus entidades.

Aislado. Si no se cierran pronto las negociaciones, Modric estará aislado, al menos, hasta el próximo 1 de agosto, que es cuando el Tottenham regresa de su gira por Estados Unidos tras disputar tres partidos. Ya no hay marcha atrás para el jugador, que espera que el Real Madrid aprecie el esfuerzo que está haciendo para dar el empujón definitivo y además se siente amparado por las otras dos ofertas en firme que el Tottenham tiene sobre la mesa, la del PSG y una nueva del Chelsea (para Abramovic, Levy ha fijado un precio de más de 50 millones de euros).