NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Liga BBVA | Betis

Muere Jaramillo, gran impulsor del 'Manque Pierda'

Twitter convirtió en tendencia a Alfonso Jaramillo, desconocido para muchos pero impulsor de uno de los emblemas más conocidos del fútbol: el 'Manque Pierda'. Murió el martes.

<b>GRITO UNIVERSAL. </b>La frase hasta ha sido traducida al inglés por los aficionados del Betis.

Ocurrió el martes pasado y casi de madrugada, un día y hora de esas en las que prefieren morir los humildes. Vivió siempre en la sombra, pues ni siquiera se marcha como socio número 1, sino como número 2 del Betis. Alfonso Jaramillo González falleció a los 98 años. Ha conocido tanto que saboreó la gloria más grande en verdiblanco, la Liga del 35, aunque su principal legado, de él y de otros que le siguieron en la oscuridad, fuera ese eslógan tan poco atrevido, pero tan universal y eterno: el Manque Pierda. En verano de 1947, semanas después de que el Betis tocara fondo histórico en los avernos de la Tercera, Alfonso y otros pocos valientes tomaron las riendas de un club que parecía morirse, o que si vivía mucho más debería hacerlo a la sombra de ese otro que atravesaba una de sus épicas más doradas, el Sevilla.

Pero la ilusión pudo más que la miseria. Jaramillo fue tesorero, vocal y contable del Betis del 47 al 51, mientras su propia esposa preparaba bocadillos con los que los futbolistas verdiblancos almorzaran en Tánger, Andújar o Utrera, lugares donde también nacería la Marcha Verde. Hasta allí se desplazaban cientos de béticos aunque hubiera que andar durante cinco horas. "No hemos venido a Utrera para comprar mostachones sino a ganar los tres puntos para ser los campeones", se leía en pancartas repletas de una esperanza de ascenso a Segunda que Alfonso no conocería como directivo, pues éste llegaría en 1954.

Menos cerca del club, pero igual de vigilante, ha vivido Jaramillo otros 58 años. Suyas fueron las gestiones, como concejal del Ayuntamiento, que permitieron al Betis instalarse definitivamente en Heliópolis. Y de su mano salieron las primeras cartas beligerantes con la sospechosa gestión de Lopera, gracias a que el Betis se volvería a meter en las espiral de la miseria y de los descensos.

Fue trianero, padre, tabernero, botones y bético, eso antes que todo. Musho Jaramillo. Manque le hayamos perdido.