El Bayern airea su acoso a Javi Martínez

El Bayern quema sus naves para fichar a Javi Martínez y ha pasado al ataque con descaro, aireando su acoso. Como desveló AS, tiene un acuerdo económico con él si los clubes llegan a un acuerdo. Falta la otra pata, el traspaso. Los alemanes quieren rebajar los 40 millones de su cláusula y han decidido que sea el campeón quien presione a Ibaigane. No lo hará porque lo tiene crudo: Josu Urrutia no se moverá de los 40 millones que romperían su contrato hasta 2016. El presidente se lo dijo a Jupp Heynckes y lo saben sus agentes.

El Bayern reserva el dinero aunque niegue en público que vaya a abonar su cláusula, ayer con Heynckes y en la víspera con Matthias Sammer. El rendimiento de Javi Martínez en la Olimpiada sería decisivo para la apuesta. La opinión pública alemana valora su caché en 25 millones.

No se pierdan las declaraciones de ayer de Heynckes, que admiten la operación desvelada por este diario: "No es un secreto; hemos hablado con la agencia de Javi Martinez. También por teléfono con Josu Urrutia, jugador mío en mi primera etapa en Bilbao. Yo sé cómo piensan los vascos. Que persistan en la cláusula también es una decision política. El Bayern jamás la pagará, eso está seguro". Entonces, ¿por qué insiste? Javi Martínez no se moverá hasta que alguien pague el dineral. Hay juego subterráneo.

Aunque está prohibido negociar con un futbolista antes de seis meses del final de su contrato, Heynckes no se corta: "Llamé a Javi el lunes, pero estaba montado en el autobús junto a sus compañeros de Selección. Estaba viéndolo por la tele y pensé: 'Intenta llamarle, pero al final no lo conseguí'. Siempre hay esperanza, pero seguro que no va a ser fácil (ficharle)".

"Volveré con el oro olímpico", dice en Aiegi

Javi Martínez es un ídolo en Aiegi, donde ayer tuvo recepción en el Ayuntamiento. "Pronto volveré con el oro olímpico", dijo desde el balcón consistorial a sus paisanos, para los que tenía reservada una sorpresa. La RFEF le permitió viajar a su localidad con una réplica de la Copa del Mundo y el internacional se fotografió con todos los que quisieron. Después, el rojiblanco ofreció una fiesta (con varias mesas de aperitivos y grupo musical incluido) para celebrar la inauguración del Restaurante Durban, del que es uno de los propietarios. El nombre tiene una estrecha relación con una de las sedes del pasado Mundial de Sudáfrica.