De tacón a Segunda

El Castilla dibujó un sueño en el mítico Carranza. Fútbol total, magnífica colocación defensiva, presión adelantada mejor sincronizada que la ceremonia inaugural de los Juegos de Pekín, un cuchillo afilado en la banda derecha (Carvajal), un nueve desplazado a la banda izquierda que me recuerda a Van Basten (Morata) y un delantero centro nacido en Stuttgart (fiabilidad alemana) que se crió en Galicia antes de acercarse por Madrid para dar un máster de lo que debe ser un ariete moderno: Joselu Ronaldo.

Cristiano, si le pasan el vídeo del partidazo de ayer ante el Cádiz, no se molestará por la comparación. Joselu lo hizo todo. Y todo bien. Su gol de tacón quedará para la memoria. El germano-vigués, tras asistencia del hiperactivo Carvajal, dio un taconazo orientado y colocado, buscando el hueco de la portería de Aulestia. Un taconazo por control remoto. Una obra de arte que se añadió al 0-1, obra también del MVP de la tarde, que culminó como lo hacía el Buitre. Encarando sereno y batiendo por bajo al portero. Joselu puso la guinda con un taconazo-asistencia a Morata en el 0-3. ¡Crack!

Madurez.

El órdago a la grande que dio ayer el filial blanco ante el Cádiz se revistió de un punto de madurez que es digno de elogio. El equipo de Jose equivocó el discurso, porque apostó por un partido canchero, agresivo y al límite del Reglamento. El árbitro toledano Jiménez Moreno se alió con actitudes innecesarias y recriminables como las de Akinsola, Murillo y Óscar Pérez. Pero Toril, un entrenador excepcional al que el club debería hacerle justicia renovándole ya, les tiene bien aleccionados. "Esta tarde tenéis que honrar esta camiseta", les dijo en la charla previa al partido. Y los chicos fueron dignos en el dolor, no entraron al trapo y reaccionaron como hombres. Se dedicaron a jugar. Y así llegó el triunfo que les deja con pie y medio en la Liga Adelante.

Florentino, que estuvo de testigo en el palco junto al canterano Granero, debería hablar con Mourinho y convencerle de que esto de utilizar a nuestros chavales va en la cultura madridista. Ver a Carvajal y que se esté hablando de un lateral polaco del Borussia acaba doliendo. Y observando a Joselu y a Morata, hay que dejar que crezcan en Segunda pero sabiendo que tienen las puertas del primer equipo abiertas...

El Cádiz tuvo en el escocés Ikechi su principal argumento. Rápido, buen fintador y atrevido. Pero el Castilla se comportó como aquel filial que fue capaz de jugar una final de Copa (1980), participar en una eliminatoria de Recopa ante el West Ham (1980) y ser campeón de Liga en Segunda (1984). El próximo domingo, fiesta grande en el Alfredo Di Stéfano de Valdebebas. Este regreso debe ser sonado. ¡Canterazo!