Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

Liga BBVA | Racing

Sólo Gonzalo Colsa repite de los del último descenso

Tras ese año salió traspasado al Atlético de Madrid

<b>2000-2001. </b>Colsa, hace once años con la selección cántabra.

Solo uno de los futbolistas del Racing ha pasado por la experiencia de salir de El Sardinero con el billete a Segunda en la mano: Gonzalo Colsa. Hace once años fue contra el Athletic (3-0), éste será frente a Osasuna el próximo domingo.

El ramaliego tenía por entonces, además de pelo, 22 años recién cumplidos (ayer fue su 33º cumpleaños) y era uno de los seis únicos cántabros de aquella plantilla. El ramaliego disputó 19 partidos de un año especialmente convulso en el que hasta tres técnicos, Goikoetxea, Manzano y Gustavo Benítez se relevaron en el banquillo. Como este año. La diferencia es que el Racing no descendió hasta la penúltima jornada, en Málaga, y acabó la Liga penúltimo, con 39 puntos, a tres de la salvación.

Traspaso.

A las pocas semanas, Colsa fue traspasado, dejando casi 'mil kilos' en las arcas, al Atlético de Madrid. Cinco temporadas más tarde, tras jugar en los colchoneros y, cedido, en Valladolid y Mallorca, regresó libre al Racing. Ahora, tras seis temporadas en El Sardinero, volverá a hacer las maletas. Acaba contrato, el Racing no le va a ofrecer renovar y él quiere seguir jugando.

Una docena de internacionales

El descenso de aquella temporada fue mucho más inesperado que el de éste. Frente a la plantilla hecha tarde y con saldos de esta campaña, entonces el Racing tenía unos de los, comparativamente, más altos presupuestos de la historia (22.125.108 euros de entonces) y 12 internacionales absolutos en sus filas: Amavisca Mellberg, espina, Manjarín, Tais, Rushfeldt, Mario Regueiro, Leider Preciado, Magallanes, Bestchasnikh, Lemmens y Nafty. Además, otra media docena habían sido internacionales con las categorías inferiores. La ventaja de aquella ocasión sobre ésta es que la situación institucional era mucho más sencilla. Aunque tocado en el aspecto económico, se sabía quien, bien o mal, mandaba: Santiago Díaz.