Monreal regresa al Reyno de la Champions

Los partidos entre Osasuna y Málaga suelen ser intensos. Desde los memorables 'recibimientos' a Salva Ballesta y Darío Silva al gol de Sergio el año pasado en pleno minuto 93 que casi cuesta la marcha de Manuel Pellegrini hay un trecho de vivencias. Aún escuece en Pamplona el célebre 1-6 de 2005 y todavía retumba el vestuario rememorando la célebre bronca, en inglés y con traductor, del vicepresidente Abdullah Ghubn tras un tremendo 3-0 que preludió el despido, una semana después, del singular Jesualdo Ferreira.

Pinceladas biográficas que unen las trayectorias de estas dos formaciones, acostumbradas a compartir sufrimientos, en aras de la salvación y que esta noche perseguirán un sueño. La fama cuesta y nuestros protagonistas, tras pagar con sudores, tienen el honor de combatir por la Champions. La nota emotiva la pone Nacho Monreal. Regresa a Pamplona, pero como rival del equipo de su vida: "Lo primero que hice cuando vine al Málaga fue mirar el calendario y ver cuándo jugábamos en el Reyno", confiesa el lateral, protagonista de un lío por el retraso de un plazo de su traspaso que ya se solucionó. Por lo demás, Osasuna en su partido 600 en casa, puede lograr su victoria 400 (en Primera División) o encajar su derrota número 150 (ante los suyos). Un encuentro del que saldrá al menos uno (o los dos) de los representantes que España mande a jugar por Europa.