Liga BBVA | Sporting
Botía será el centro de la miradas en el Coliseum
El central está en la agenda de Atlético, Sevilla y Valencia.
Alberto Botía reaparecerá el sábado en el Coliseo Alfonso Pérez, después de haber cumplido un partido de sanción. El zaguero rojiblanco es uno de los jugadores más valorados de la plantilla, por lo que figura en la agenda de técnicos de varios clubes, como son los casos del Atlético, el Sevilla y el Valencia, que seguirán la evolución del partido del equipo gijonés, con el defensa rojiblanco en el punto de mira.
Por Botía existe una opción de recompra por parte del Barcelona, que tiene de plazo hasta el 15 de junio par comunicarlo, por un importe que esta temporada asciende a 2,4 millones de euros, a lo que hay que sumar el 30% de un posible traspaso posterior, en el caso de que el club azulgrana decida transferirlo a otro club.
Botía cumple su tercera temporada en el Sporting, al que llegó procedente del Barcelona B, después de haber tenido un debut testimonial con el primer equipo. En este periodo fue uno de los habituales con la selección sub 21, con la que se proclamó campeón de Europa sub 20, así como de los Juegos Mediterráneos, en Italia.
La intención del Sporting es no desprenderse del jugador, pero la decisión no depende del club gijonés, que ya sospecha que será imposible frenar la marcha del murciano. Por este motivo, el cuadro técnico que dirige Raúl Lozano prepara un amplio informe de jugadores para reforzar el equipo en varios puestos, principalmente en el centro de la defensa, ante la posible marcha de Botía al final de la temporada.
En el caso de que el Barcelona recupere a Botía no será para que el jugador vaya a ser incluido en la plantilla del primer equipo azulgrana. El zaguero murciano, que está pendiente de cambiar de intermediario, al concluir su compromiso con Horacio Zandonadi, prefiere estar al margen de todo este tipo de situaciones, para centrarse en su trabajo en el Sporting.
Tres años más de experiencia
Alberto Botía, que llegó al Sporting en el verano de 2009, fue uno de los fichajes en que acertó Emilio de Dios. En 2010, Manuel Vega-Arango negoció con Joan Laporta, entonces presidente del Barcelona, la transferencia del jugador, a coste cero, con una opción de recompra para el club azulgrana, con el compromiso de revalorizar al defensa, que ahora ya contabiliza una experiencia de 82 partidos ligueros en la máxima categoría.