El Rangers anuncia: "La liquidación es inevitable"

Después de entrar en administración concursal hace menos de un mes, el Rangers Club de Fútbol se encuentra en peligro de desaparición. El propio director no ejecutivo del equipo, David King, reconoció que "la liquidación del club es inevitable" mientras que los administradores lo niegan. No obstante, confirmaron que tras haber renegociado sin éxito los contratos de la plantilla, la única salida posible sería la venta del club. "Estamos muy seguros de que el equipo no dejará de existir pero, lamentablemente, no hemos podido llegar a un acuerdo con los jugadores del equipo para reducir los costes y el club está en una situación financiera peligrosa. No debemos subestimarlo por lo que hemos acelerado las gestiones para la venta del club".

King criticó la labor del dueño del club, Craig White, y le acusó de mentir a los aficionados. Por su parte, White le respondió desmintiendo que el club se encuentre al borde de la quiebra y mostrándose optimista respecto a un acuerdo próximo con los jugadores: "No es necesaria la liquidación. Llegaremos a un acuerdo con los acreedores (futbolistas) para salir de la administración concursal".

Así, los administradores se reunirán en los próximos días con posibles compradores al tiempo que seguirán negociando con la plantilla un acuerdo para reducir sus salarios. Si no consiguen ni uno ni otro objetivo, la situación comenzaría a ser drástica ya que podrían verse obligados a retirarse de la competición: "No hay dudas de que si no conseguimos reducir los costes ni tampoco conseguimos un comprador, el club no podría cumplir con sus compromisos en lo que resta de temporada". Según la BBC, los administradores habrían solicitado a la plantilla reducir sus salarios dependiendo de sus ganancias; rebajando el 75% del sueldo a los futbolistas mejor pagados de la plantilla, el 50% a los que tienen un sueldo medio y el 25% al resto". De momento, lo único que han conseguido es que el extremo Gregg Wylde y el sueco Mervan Celik hayan rescindido de manera voluntaria sus contratos.

De esta forma, los administradores del club trabajan a marchas forzadas para sanear una deuda que se estima cercana a los 60 millones de euros. Además, a la presión por la desaparición se une la amenaza de quedar fuera de la próxima competición europea ya que a día de hoy no cumplen los requisitos legales necesarios. De hecho, los propios administradores lo reconocieron: "No es realista pensar que el club conseguirá la licencia para jugar en Europa el próximo año ya que debemos solventar los problemas antes del 31 de marzo".