Un derbi sin preámbulos

Athletic y Real libran en San Mamés un derbi atípico, sin preámbulos, el más corto en tiempo. Los días previos no dan para un guión similar a la futbolera película de Fernando Tejero, El penalti más largo del mundo. La ocupación rojiblanca, con el viaje a Manchester y la sede de la final de Copa, ha restado atención en Bilbao. Y desde Donostia, como el equipo de Bielsa da muchísimo respeto por su temporada y la estocada en la ida, tampoco se ha avivado la cita con altisonantes proclamas y optimismo a raudales.

Ha sido el aperitivo, el menú tiene exquisitos ingredientes. Decidirá el trato a la pelota, arma preferida por este Athletic tan ofensivo, capaz de marcar tres goles por barba a Levante, Espanyol y Málaga, los visitantes ligueros del 2012. Fabrica con Herrera, Muniain, Iraola... Y guardará espaldas con Javi Martínez en la medular, como muchos piden a Bielsa.

Pero ojo, la Real de Montanier también tiene tipos que manejan bien el cuero. Griezmann y Zurutuza, en conducciones, Xabi Prieto en control y centro, e Íñigo Martínez, en pase largo y misil. Que se lo pregunten a Iraizoz y Casto. Rubén Pardo, el Xabi Alonso del futuro, se encontrará con su vecino de Rincón de Soto, un Fernando Llorente que puede ganar solito a cualquiera, como sucediese en Anoeta.

La pasión ciega en estos choques, a menudo eléctricos y con escaso fútbol. Lo hace a sus aficiones, creyentes en el triunfo esté como esté su equipo. La realidad de hoy es que el Athletic aspira a ganar la Copa, a jugar de tú a tú en Old Trafford y a la Champions. El gustazo para la Real sería cortarle las alas y evitar líos clasificatorias. Los de Bielsa son favoritos, pero con reservas.