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El carrusel | 23ª jornada | LA LIGA AL MICROSCOPIO

Guardiola no contradice a Rousseau

Guardiola no contradice a Rousseau
MIKEL SAIZ

EL PERSONAJE: Guardiola no contradice a Rousseau

Guardiola había dado patinazos sueltos hasta ahora, pero contaba con el soporte de un equipo triunfador y siempre al alza que los suavizaba. Con las derrotas del Barça ha asomado ese otro carácter. El nervioso, el litigante, el polémico. El humano, en realidad. Nadie está a salvo de cometer fallos y tropiezos, de discutir decisiones arbitrales y reclamar lo que considera justo. Tampoco Pep. En Pamplona se equivocó a nivel futbolístico con su innovadora alineación y viene repitiendo desaciertos con sus vaivenes con árbitros y linieres. Rousseau decía que "el hombre es bueno por naturaleza y lo que le hace malo es la sociedad". Guardiola no es ajeno a ello. También yerra. Y mucho. Como todos.

RECIO CUMPLE CON EL TÓPICO UNIVERSAL

Lo difícil no es llegar a la élite, sino instalarse en ella. Suena a tópico. Lo es. Pero se cumple. En el caso de los canteranos, se cumple a rajatabla. Por ejemplo con el malaguista Recio. El joven mediocentro entró de manera fulgurante en el primer equipo durante la pasada campaña. Fue el ojito derecho de Pellegrini. Una invención. Dado su fenomenal rendimiento, fue algo más que eso. Pero los nuevos fichajes y su presencia en el Mundial Sub-20 en plena pretemporada le hicieron salirse un poco del carril. Se habló incluso de una cesión ante la falta de minutos. No fue así. Y tras muchos meses volvió ayer a la titularidad. El segundo año también es más difícil para él.

EL PIRLO DE IGORRE Y LA POLÍTICA DEL ATHLETIC

La loable y trabajosa política de fichajes del Athletic a veces descubre grietas sorprendentes. Ya se sabe, sólo jugadores vascos o formados en la cantera vasca tienen potestad para defender esa camiseta. Un prestigioso riesgo. Pero también una autoexigencia. Una autoexigencia para que no se escape ninguno de aquellos futbolistas de nivel que integran este baremo. Sin embargo, de tanto en cuanto surgen nombres ajenos a dicho control. O incluso que fueron desechados por el propio club. Uno de los más notorios es el de Beñat, líder del Betis y excanterano de Lezama. El Pirlo de Igorre maravilló ante los de Bielsa. Lleva tiempo haciéndolo, de hecho. Quizá lejos de su hábitat natural.

SER UN GRAN PORTERO SIN DEJAR TU NOMBRE

Toño fue un muro infranqueable para el Atlético en Santander. No es la primera vez que algún equipo se topa con el guardameta alicantino. Ni será la última. Es curioso lo del racinguista, que ha tenido que superar un obstáculo tan sencillo como inesperado para llegar a lo más alto: su nombre. En realidad, su nombre futbolístico. No es habitual que un jugador escoja como emblema el apelativo con el que le conocen sus amigos o su familia. Eso queda para la más reservada intimidad. Toño lo hizo. Sin pensárselo. Y hubo quien se lo reprochó. Al poco de subir al primer equipo del Hércules, siendo aún muy joven, el experimentado técnico David Vidal le dijo que un portero de Primera nunca podría llamarse Toño. Demasiado ordinario, quizá. Muy llano para este glamuroso mundo. Él no le hizo caso y siguió confiando en sus posibilidades, independientemente del nombre con el que se le conociera. El tiempo le ha dado la razón. Toño es un portero de primer nivel. Toño es el sustento del Racing. Toño es Toño. Sí, Toño.

CRISTIANO: ESTRELLA EN TODO TIPO DE ENTORNO

Para Cristiano no hay días de descanso. El portugués está siempre. En cualquier escenario. En cualquier momento. Sea en el Bernabéu o fuera, ante un grande o un recién ascendido. Su hat-trick de ayer frente al Levante supone que únicamente el Betis se mantenga imbatido frente a su inagotable olfato de entre todos los clubes de Primera. Impresionante. Es difícil mantener esa tensión competitiva. Es complicado acudir a la cita con el gol domingo tras domingo. Sólo los grandes jugadores de la historia conservan esa regularidad que les hace legendarios. Cristiano ya lo es. Marcar anoche el gol número 4.000 del Madrid en el Bernabéu le abre un hueco en el museo blanco. Aunque sus méritos son muchos más que ese. Y siguen creciendo...

LOS DORSALES FIJOS EN EL FÚTBOL Y DA SILVA

Los futbolistas, por lo general, tienen sus dorsales fijos. Les gustan. Les definen. A veces sirven como estrategia de márketing, pero la mayoría de ellas encierran un sentimiento hacia una situación o un ídolo.Paulo da Silva, el central paraguayo del Zaragoza, siempre juega con el 14. No es por Cruyff, como ocurre con otros muchos jugadores. Es por el número que usó en su debut con la selección paraguaya, con la que ya acumula más de 100 partidos internacionales. Ese mágico momento se le aparece cada vez que se viste de corto. Ayer, incluso, le dio suerte al conseguir el primer gol zaragocista en Cornellà-El Prat. Siempre con el 14. Siempre como en aquel debut.

A CONTRADICCIÓN DEL REBOTADO ARIZMENDI

Hay historias en el fútbol que se contradicen entre su principio y su final. Una de ellas es la de Arizmendi. La secretaría técnica del Getafe � también su técnico, Luis García�han variado el concepto que tenían sobre él en apenas unos meses. El pasado verano fue cedido al Neuchatel por su alta ficha y porque nadie en el club contaba con él. Sin embargo, la expulsión de la competición de los suizos ha devuelto rebotado al madrileño a la plantilla azulona y, cosas de la vida,ahora sí dispone de minutos. Ayer, por ejemplo, entró en Vallecas en busca de la remontada. Como ocurrió ante el Madrid. Y quitándoles espacio a Sarabia o Gavilán. Situación curiosa. Extraña, también.

ALBELDA: UN CINTURÓN DE SEGURIDAD TOTAL

Los jugadores veteranos alimentan la luz que les acompaña cuando ya nadie divisa su intermitente fuerza. Albelda lo ha hecho en las últimas semanas. Su papel en el Valencia parecía reservado ya a mantener unido al vestuario y a aparecer de manera esporádica cuando Emery lo requiriera. Su protagonismo tendía a ser limitado. Lo lógico. Y nada más lejos de la realidad. El técnico valencianista ha tirado de él cuando la temporada se pone ruda. Jugó los dos partidos de Copa ante el Barça como titular y ha repetido en Liga frente a Atlético y Sporting, ayer. No hay mayor cinturón de seguridad en el grupo que él y Emery lo sabe. No importa la edad. Importa el rendimiento.