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Copa del Rey | Mirandés 2 - Espanyol 1

Histórico Mirandés

Se metió en semifinales con un gol en el minuto 92.

<b>EUFORIA. </b>Los jugadores del Mirandés celebran su histórica clasificación tras el gol de Caneda en el tiempo añadido.
EUFORIA. Los jugadores del Mirandés celebran su histórica clasificación tras el gol de Caneda en el tiempo añadido.CARLOS MIRA / PAULINO ORIbE

Histórico, legendario y épico. Tres adjetivos apropiados para un Mirandés que anoche volvió a demostrar (eliminando a su tercer Primera seguido) que los sueños están para cumplirlos. Y para convertir en pesadilla los de un Espanyol que, como en la ida, no hizo méritos para superar a un Segunda B. Esta vez el milagro no fue para los pericos, sino para la constancia. Y para Caneda, el héroe ayer de un equipo que se revaloriza de un modo asombroso, como emulando a lo que Pochettino obra con los jóvenes pericos. Excepto en Anduva, claro, donde la oscuridad dio paso a la luz y las semifinales mirandesistas.

Los cinco primeros minutos fueron un espejismo de lo siguiente. Un oasis perico, con dominio ficticio, y eso que la temperatura de Anduva distaba mucho de ser la de un desierto de arena. Aunque lo que se fueron sucediendo como granitos fueron las ocasiones del Mirandés, la mayoría personificadas en un Alain que despertó de un espasmo a los suyos en el 6' y que no dejó de intentarlo, casi siempre forzado.

Sin Verdú de inicio para templar el juego, Weiss fue la única referencia real arriba, por su velocidad y desequilibrio, mientras que Romaric con un zurdazo desde la frontal a los 12 minutos se convirtió en el solitario sobresalto para Nauzet antes del descanso. Por contra, Mújika obligó a Casilla a sacar el balón con los puños, en el 44'. En un encuentro tan decisivo, en el que cualquier pérdida de balón podía ser más arriesgada que una fuga de gas, el Mirandés gestionó bien y al Espanyol le quemaba como si recibiera chispazos. Y ya saben: gas y chispazos...

Infierno. Y, sin embargo, fue la electricidad la que condujo al Espanyol al gol nada más reanudarse el partido. Weiss, quién si no, asistió a Rui Fonte para anotar ese 0-1 que logró silenciar a ese infierno que es Anduva. Aunque pronto volvieron a reanimarse, para quejarse de un Ayza Gámez que emuló en exceso a Mateu Lahoz tolerando la dureza (en ambos bandos), y para rugir con el tanto del empate. Pablo Infante cogió el esférico en el centro del campo, trazó una diagonal y envió un derechazo: su séptimo tanto en Copa. Aun así, pudo sentenciar cuatro minutos después Héctor Moreno, pero Nauzet con los dedos alargó la fe local.

Nunca antes el Espanyol había sufrido tanto este año. Los pericos acabaron embotellados, agobiados, atropellados, con Casilla convertido en salvador ante Lambarri. Pero ni él ni el resto fueron suficientes para detener a Caneda, quien cabeceó a la épica una falta botada por Infante a cuya recepción se sumó hasta Nauzet. El Mirandés pasa a semifinales y, aunque Athletic y Mallorca dirimen hoy su eliminatoria, Anduva lo tuvo claro en su locura: "¡Sí, sí, sí, nos vamos a Bilbao!".