Orellana impulsa al Celta y desnuda al Alcoyano

El Celta pasó por Alcoy como un ciclón y dejó atrás un campo difícil a priori, sin ningún apuro. De esta forma, los vigueses se colocan en ascenso directo, a expensas de lo que hagan hoy Depor y Hércules. La diferencia en el marcador es un fiel reflejo, a día de hoy, de la distancia abismal entre un equipo que lucha por ascender, con mimbres y alternativas de sobra en el banquillo, y un honesto pero muy justito conjunto, en cuanto a calidad y cantidad, que va a sufrir mucho si quiere mantener la categoría.

Pronto el Alcoyano comprobó que el día de Reyes no iba a ser plácido. A los 3 minutos, un doble córner sacado por Toni acabó desviado por Miki hacia su propia portería. Maestro nada pudo hacer dado lo colocado del remate. Este gol dio consistencia al Celta y cargó de nervios al conjunto local. Los vigueses regalaron la pelota al Alcoyano quien intentó tejer jugadas de peligro sobre todo por medio de Gato, que caía a ambas bandas. Sin embargo, la jugada más peligrosa llegó a balón parado. Cañadas, consumado especialista, estrelló una falta directa en el travesaño con Yoel ya batido.

Sentencia.

Parecía más cerca el empate que el 0-2 pero todo cambió tras la absurda y justa expulsión de Miki. En un balón sin apenas peligro, en banda derecha del Celta, el mediocentro se excedió en potencia y altura e impactó su bota en la ingle del céltico. El asistente lo vio claro y el árbitro mandó a Miki a la caseta.

La cuesta se tornó en una pared para el Alcoyano. Más aún cuando en un nuevo fallo defensivo, el central Túñez dio un pase vertical, sin ninguna oposición, que dejó solo a David Rodríguez. El delantero vigués, conocedor como pocos del oficio, aguantó la embestida de Fernando Martín y batió por bajo a un impotente Maestro que había salido a la desesperada. Para colmo, el único delantero disponible para Porras, el Choco Lozano, cayó lesionado en la rodilla.

Nada más comenzar el segundo acto, Orellana, el mejor de los 22 sobre el césped, marcó un golazo de bandera y sentenció. El Alcoyano se entregó con honor y Maestro salvó de una goleada mayor a su equipo.