Borrachera de fútbol

Fin de año perfecto en Balaídos. Victoria cómoda gracias a una primorosa primera parte. El Celta fue superior de principio a fin a un Guadalajara que no pudo frenar en ningún momento los continuos ataques celestes. Es cierto que lo normal ayer hubiera sido una goleada de escándalo, pero al final lo que importan son los tres puntos y las magníficas sensaciones que dejaron los de Herrera. El cuadro olívico desplegó su mejor fútbol ante los alcarreños. La Navidad se vivirá con mucha tranquilidad y con la esperanza más intacta que nunca. El Celta crece a pasos agigantados y desborda ilusión. Ayer, ante un recién ascendido como el Guadalajara salieron completamente enchufados al campo y liquidaron el encuentro en poco más de media hora.

En ese tiempo cayeron dos tantos, obra de Orellana y David, pero lo lógico es que hubieran sido cuatro o cinco. A los tres minutos De Lucas ejecutó de forma magistral un libre directo. Una prodigiosa mano de Saizar y el palo evitaron el tanto. Dos minutos después, Orellana protagonizó una jugada para el recuerdo, una acción que a buen seguro saldrá en todos los zappings. El chileno regateó al portero y a un central. Tenía toda la portería libre para marcar, pero incomprensiblemente insistió en volver a regatear al zaguero. Quiso ser Maradona y acabo convirtiéndose en Palermo. El público, que ya estaba celebrando el gol, le reprochó con una sonora pitada. Borja Oubiña pidió calma a la grada. Algunos siguieron silbándole, otros empezaron a arroparle.

El problema es que Orellana no puso mucho de su parte. A los 17 minutos adelantó a los vigueses y mandó callar al público. Debió darse cuenta el chileno de su error porque cuando fue sustituido pidió perdón en varias ocasiones. Arrepentidos los quiere Dios...

Recital.

Volviendo al fútbol, que fue lo que realmente se vio ayer en Balaídos. El equipo vigués no sufrió absolutamente nada ayer porque contó con una pareja de centrales inmensa, perfecta en cada situación de peligro. Está claro que Herrera ya ha dado con la tecla. Otra pareja que estuvo realmente inconmensurable fue la del doble pivote. Borja Oubiña está cada vez más cerca de su mejor versión, la de aquel futbolista que maravillaba a España y que llegó a jugar en la Selección. A su lado, un jugador que es cada vez más imprescindible. Álex López ofrece derroche físico, trabajo en defensa, criterio a la hora de dirigir al equipo y llegada desde segunda línea. Menos mal que llegaba tocado al partido ante el Guadalajara...

La otra nota positiva es que David se volvió a reencontrar con el gol. Además celebró el tanto abrazándose a Herrera, zanjando así cualquier tipo de polémica inexistente.