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Amancio

"Jugábamos aquellos partidos a cara de perro"

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"Jugábamos aquellos partidos a cara de perro"
pepe andrés

¿Sigue teniendo en la cabeza el hat-trick que le hizo al Barça en la 1964-65?

Era mi tercera temporada. En ese partido debutó Pirri con 19 años. Fue una gran tarde mía de acierto.

¿Se quedó con el balón?

No, no Sólo tengo como recuerdo una foto donde Olivella está en el suelo, agarrándome del pantalón, y yo sigo corriendo. Me la regaló un periódico. Es algo simbólico: aquel día no había forma de pararme.

¿Cómo eran esos partidos?

Como ahora. Con mucha rivalidad. Ganar era alejar al otro aspirante al título y una gran satisfacción personal. Nosotros lo jugábamos a cara de perro. Y cuando el resultado está favorable, el que tiene calidad que saque su capote y disfrute. Pero mientras, a cara de perro.

¿Qué recuerdos tiene?

La balanza siempre se inclinó a nuestro favor durante 14 años. Ganamos nueve Ligas. Y en lo negativo, la lesión que sufrí contra el Barça, que me tuvo siete meses sin jugar.

¿Cómo fue?

Recuerdo la desesperación de Torres, que luego me dijo que era la única manera de pararme. Me dijo que no pretendía que yo tuviera que pasar por el quirófano, que simplemente quería que cojeara. Fue en el partido de vuelta de aquel hat-trick.

¿Cómo fue la entrada?

Una de las muchas que hay al tobillo con la mala fortuna que se rompió la cápsula que cubría todo el peroné y eso me producía unos latigazos que me dejaba fulminado.

¿Fue el peaje del hat-trick?

No creo. Antes, los marcajes eran hombre a hombre. A mí me cogió Eladio, De la Cruz, Torres, Gallego Eran duros y había que estar atento.

En los 70 se enfrentó a Cruyff. ¿Mejoró el Barça?

Lo mejoró el año que ganaron la Liga. Fue el 0-5 aquel. Un trago. Al año siguiente volvimos a ser campeones. Era habilidoso, rápido, listo

¿Qué les dijo Bernabéu después del 0-5?

No solía venir después de los partidos. Él, habiendo sido jugador, sabía que eso podía pasar. Yo también hice un 1-5 en el Camp Nou. En aquel partido, el que metió tres goles fue Puskas. Uno fue de falta, y el árbitro se lo hizo repetir, y lo volvió a meter. Era un genio.