El Celta no puede fallar si quiere salir de la crisis

Los resultados suelen dictar sentencia acerca del estado de forma de un equipo. En el Celta no preocupaban las dos derrotas sufridas de forma consecutiva ante Deportivo y Hércules, ya que la imagen del equipo había sido muy positivo y el entorno aceptaba el factor suerte como disculpa de peso. Sin embargo, la derrota cosechada en el Mini Estadi ha sembrado muchas dudas. Las sensaciones que dejaron los olívicos fueron más que preocupantes. Regresaron de nuevo los fantasmas del pasado en la estrategia defensiva, apareció una apatía colectiva inédita hasta la fecha y la alegría ofensiva que caracteriza a este equipo brilló por su ausencia. Todo ello se tradujo en la continuación de la mala racha, la peor de la era Herrera.

A nivel clasificatorio, el Celta no está mal situado, pero es un momento crucial para posicionarse en la tabla y nadar contracorriente siempre supone un hándicap importante. Con este panorama, el vestuario se ha planteado un claro objetivo para finalizar el año: lograr un pleno de victorias en el mes de diciembre y situarse así entre los elegidos. El primer paso del reto celeste será el Sabadell, un recién ascendido que ha comenzado la temporada de forma explosiva y que juega al fútbol como los ángeles, con el sello de su técnico, Lluis Carreras. Eso sí, los arlequinados han empezado a notar la presión y llevan casi dos meses sin conocer la victoria.

Sin Borja. Paco Herrera no podrá contar para este encuentro con el cerebro del equipo. Finalmente, Borja Oubiña no se ha recuperado a tiempo y su puesto lo ocupará Cristian Bustos. La fuerza del alicantino será crucial para barrer al centro del campo catalán, acostumbrado a ganar la batalla del círculo central con el fusil del toque rápido.

No se esperan muchos cambios en el once. Tres como mucho. Bermejo y Joan Tomas podrían darle un aire fresco al ataque, mientras que Oier podría recuperar su sitio en el lateral derecho.