Liga BBVA | Levante 4 - Sporting 0
Koné, coser y cantar
El Levante recupera la sonrisa ante un flojo Sporting
Se cruzaban en el Ciutat de València dos caminos bien distintos en el último mes que volvieron a dar un giro de 180 grados. El Sporting frenó en seco su despegue hacia una permanencia que el Levante tiene cada vez más en el bolsillo. Los granotas tuvieron un día redondo con victoria, goleando y recuperando las buenas sensaciones y, sobre todo, la sonrisa. Y todo, o casi, gracias un estelar Koné al que también le hacía falta volver a ser feliz. Él solito se bastó para bajar los humos a un Sporting que había creado más miedo del esperado. Dos goles, una asistencia y todo un repertorio de movimientos que, secundados por la batuta de Farinós y las ganas e inspiración de Juanlu terminaron por torpedear la nave asturiana.
Intercambio de arreones en la primera mitad. Salieron mandando los locales con dos córners y una buena opción para Xavi Torres que se hinchó de balón y mandó por encima del larguero una asistencia de Barkero. Y fue el vasco quien desequilibró la balanza al aprovechar una gran presión de Koné acompañada de un exceso de relajación de Iván Hernández. La presencia del Sporting era más testimonial que otra cosa y sólo inquietó a Munúa pasada la media hora cuando Barral se adelantó a Nano y su remate se marchó fuera por poco. El Levante había renunciado a su propuesta de toque de principio de Liga y abusaba del pelotazo, pero con el gol empezó a sentirse mucho más cómodo. Llegaba el momento de tocar corneta y salir a la contra y ahí es cuando los granotas se frotan las manos y disfrutan como niños.
Se esperaba la reacción del Sporting, que acostumbraba a las remontadas en las últimas jornadas, pero esta vez no hubo ninguna opción. La salida en tromba del Levante cortó de raíz cualquier esperanza visitante de llevarse algo positivo de vuelta a Asturias. Juanlu mató en una contra nada más salir de los vestuarios. El gol podría haberse quedado en el limbo si el linier hubiera visto la intención de Valdo al tocar un balón que entraba ya, pero el cabo verdiano estaba en una posición dudosa de fuera de juego. Aunque, sinceramente, ni aún así daba síntomas de despertar el Sporting. Pero lo que son las cosas, David Barral tuvo en su cabeza el único atisbo de peligro visitante que acabó en las manos de Munúa y en la siguiente jugada Koné finiquitó la faena con un gesto de crack. Y aún tuvo tiempo de redondear la goleada remachando a placer una falta de Del Horno que se estrelló en el travesaño. Preciado recibía el cariño de la grada pero su gesto contrariado no estaba para devolver la sonrisa. Duro revés para él y los suyos en un castigo más que merecido que deja al Levante más cerca de su objetivo de la permanencia y con el Camp Nou en el horizonte.