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Barcelona - Sevilla | El perfil

Un sevillista y macareno avalado por Superpaco

Rocio Guevara

Javi Varas (10-9-1982, Sevilla) se doctoró ayer en el Camp Nou. Sevillista y macareno, amante de la Semana Santa y entusiasta de los Carnavales, ha conseguido ser profeta en su tierra. Mucho ha llovido desde que empezara a jugar en el equipo de su barrio, Pino Montano, con una idea fija en su mente: triunfar en el equipo de sus amores, al que seguía desde niño. Admirador de Unzué y tras de varios años a la sombra de Palop, Manzano le dio la titularidad la temporada pasada. Varas ha ido creciendo, como persona y como portero, desde entonces. Se casó y ha sido padre por primera vez. Aitor ha llegado con un pan bajo el brazo y Marcelino se decantó por el canterano a su llegada al banquillo del Sevilla. El equipo sigue invicto después de ocho jornadas y Varas, por si acaso, repite los rituales de siempre: le gusta trabajar con el mismo fisio, siempre escucha la misma música y reza antes de salir al campo. Además, saluda a todo el equipo antes de saltar al campo y a los cuatro defensas cuando ya están sobre el césped. Y también por superstición sigue vistiendo de amarillo. "Javi viene empujando fuerte. Me gusta mucho. Sobre todo su personalidad. Tenemos portero para tiempo", dijo Superpaco hace un par de años. Y el ex portero, que de esto entiende, no se equivocaba.