Botía: "Se vio una mejoría, aunque nos faltó suerte"

El primer punto sumado por el Sporting en lo que va de temporada supo a poco, porque si un equipo intentó ganar el partido del domingo fue el rojiblanco. Sin embargo, la realidad es que el conjunto gijonés cierra la clasificación con una preocupante ineficacia. Los dos goles conseguidos hasta ahora fueron uno de penalti y otro de un churro del portero contrario. Esta situación no puede considerarse una excesiva sorpresa, porque se están pagando las consecuencias de una defectuosa planificación y de la confección de una plantilla descompensada, en la que abundan centrocampistas y mediapuntas, pero faltan extremos y delanteros, al menos, con una mínima cualificación o una idea de juego que permita afrontar una temporada en la Liga con el objetivo de la permanencia.

En la pretemporada hubo demasiados experimentos, sin dar con el equipo tipo. La fórmula sigue en la Liga. En cinco partidos se registraron otras tantas alineaciones diferentes, con una imagen irregular en casa y decepcionante fuera, sin haber dado con la tecla de un patrón de juego definido y con variantes en los dibujos tácticos, con excesivas inconsecuencias. El crédito de Preciado está muy disminuido en la planta noble, donde el respaldo del presidente se mantiene, aunque no con tanta firmeza como en la pasada campaña. Y el que tiene casi agotado el suyo es Emilio de Dios, coordinador de la composición de la plantilla. Si tiene que haber cambios, mejor cuanto antes, para que haya margen de maniobra. En caso contrario, que sea lo que Dios quiera.

El Sporting intenta levantar cabeza. En el encuentro ante el Racing se vio a un equipo, el rojiblanco, más incisivo que en partidos anteriores, pero no fue suficiente. La falta de gol, es un hecho y no sólo una estadística. Los dos goles conseguidos por el equipo, uno de ellos de penalti y otro tras un grave fallo del portero rival, hacen que el equipo gijonés solo haya sido capaz de sumar un punto.

Eso a nadie se le escapa, ni a los jugadores si quiera. Lo saben, lo aceptan y lo asumen como un error propio. Pero lo cierto es que también creen los jugadores que el equipo ha cambiado a mejor. "Hemos dado el primer paso hacia un cambio en la dinámica de resultados" admitía Botía en Mareo tras el primer entrenamiento de la semana.

El calendario es duro, como para el resto de equipos, pero ahora el Sporting se enfrenta a dos rivales de peso. El Barcelona visita esta semana Gijón tras frenar en liga a un Atlético que llegaba crecido después de ganar holgadamente en el Calderón a Sporting y Racing . Botía, salido de la cantera azulgrana, reconoce que es un rival complicado y que además puede no ser el mejor rival posible para su equipo, pero los partidos hay que jugarlos. "Todo depende de nosotros, de cómo salgamos al campo y de la suerte que tengamos" aclara el central.

Y es que parece que al Sporting le está faltando eso, suerte, aunque quizás es una explicación poco terrenal y habría que pensar más en el resto de fallos. Al menos los jugadores son conscientes de que la situación no puede seguir así y de que algo tiene que cambiar, Botía lo sabe pues "con la intensidad de este domingo pasado y corrigiendo los errores que estamos teniendo el equipo irá hacia arriba".

Para el muricano el domingo llega a El Molinón el mejor equipo de la historia del fútbol, pero al igual que ya pasó la temporada anterior "podemos meterles un susto de nuevo".

Cases: "Cada vez aguanto más tiempo jugando"

El centrocampista rojiblanco reaparecía el domingo sobre el césped de El Molinón. Ha sido una recuperación que se ha alargado en el tiempo más de lo esperado, pero la lesión que Nachi Cases sufría es complicada de llevar. El canterano jugó gran parte de los segundos cuarenta y cinco minutos frente al Racing y asegura que cada vez "aguanto más carga de trabajo", lo que supone que Preciado pueda contar con él incluso para el inicio del encuentro el próximo fin de semana. Ayer en Mareo el centrocampista pudo completar el partidillo improvisado frente al filial sin ningún tipo de problema y parece que puede trabajar ya con total normalidad con el resto del grupo.