Oración en el templo de Dubovsky

Marcelo Bielsa necesita acertar con su plan. También sus jugadores ante la meta rival. El rosarino ha hecho más autocrítica en dos semanas que su antecesor en cuatro años. Es un detalle de humildad, no cuantifica. Fallar ante el Slovan sería delicado, el Athletic necesita ya su primera victoria. Va su credibilidad en juego en la ciudad de un genio, en el campo que puso patas arriba el veinteañero Peter Dubovsky. Su absurda muerte en el 2000 en unas cataratas de Tailandia agigantó el mito. La hinchada del Slovan aún le recuerda con banderas y cánticos. Por el Real Madrid pasó como un estilista, en el Oviedo simplemente arrasó, retiraron un tiempo su número 10 y el club falleció deportivamente. Jozef Venglos, el checo que llevó a Panenka y cía a ganar la Eurocopa, decía que jugaba como un brasileño. Doy fe.

El Athletic visita el templo de Dubo y malo sería no homenajearle con la pelota, que se arrugase en su idea de ganar triangulando y profundizando. Suplir a Herrera no es un jeroglífico para Bielsa. Muniain se ofreció en Cornellá con su juego por dentro. El ex zaragocista tenía el mando a distancia y se lo pasa a su tocayo Ander, a Iturraspe. Iraola juega por fin y manda a Gurpegui al pivote. Javi Martínez será central.

Circo romano. De este Slovan, que para gloria tiene en sus vitrinas la Recopa de 1969 ante el Barça, se sabe poco. Lo que más impresiona es que en el Pasieky doblegó a la Roma. Luis Enrique nunca lo olvidará. Ahí empezó su circo. En Europa no basta con el nombre. Es un equipo rocoso, esforzado, liderado atrás por Dobrotka y pendiente del acierto de Sebo.