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Real Madrid 2 - Galatasaray 1 | La contracrónica

Mou, up; Kaká, down

Salvo el susto dado por Marcelo, noche placentera en un Trofeo Bernabéu con poca chicha (la pusieron las pancartas de apoyo a Mourinho) y menos limoná (de los fichajes, nos quedamos de nuevo sin ver a Sahin). 2-1 y a casa...

Mou, up; Kaká, down

Soporífero. Si Don Santiago levantara la cabeza... Siento empezar tan ácido, pero me limito a reflejar lo frío que me ha dejado una edición del Trofeo Bernabéu más desangelada que el pregón de un pueblo de la Antártida. Los 73.000 aficionados que llegaron hasta la capital (la mayoría eran peñistas venidos desde fuera de Madrid) se merecían otra actitud y otro empeño. Han caído ya siete trofeos consecutivos, pero sinceramente no veo motivos para celebrar nada. Pido a Florentino que la próxima edición sea un homenaje mundial a Raúl y, si el gran capitán retrasa un año más su retirada, traer al Manchester, al Milán o al Bayern Múnich. Como en los viejos tiempos. No me gusta que un trofeo que empezó con mentalidad top, que diría Mourinho, se convierta en una edición mejorada del extinto Villa de Madrid. El Atleti renunció hace años a su trofeo (allá ellos), pero me niego a que los míos jueguen a lo mismo. La edición 34 (en 2012) tiene que dar la vuelta al mundo. Sé que Florentino no nos decepcionará.

Arropado de verdad. Lo que sí me gustó es la implicación de la afición con su entrenador. Mourinho, como el Liverpool, nunca viajará solo. Pancartas ocurrentes y público satisfecho con la nota de disculpas redactada el martes, en perfecto portugués traducido luego por el club. La gente está con Mou y Mou está con la gente. Como dijeron los vikingos de la Peña La Clásica, "tu dedo nos señala el camino". Totus Mous.

¿Dónde está Kaká?. Les prometo que horas antes del partido con los turcos hablé con una persona que lleva el Madrid grabado en su ADN y casi me convence de que Kaká iba a mostrar esa calidad infinita que le permitió ganar un Balón de Oro en 2007. Le seguí con buenos ojos. Es más, como terapia vi ayer la película Súper 8 (su número de camiseta), esa joya de JJ Abrams con unos niños que sueñan con ser como el maestro Spielberg. Seguro que hace cinco años había niños que querían ser Kaká, pero ahora cuesta imaginarlo. Le pediría a Ricardo que recapacitase. Si no está para jugar a la velocidad de crucero que impone un técnico 4x4 como Mou, le rogaría que hablase con Florentino y facilitase su adiós (me da igual el Milán que el Inter) renunciando a su elevada ficha. Si se va así, yo que el Madrid ni cobraría cifra de traspaso. Su adiós gratis total supondría un ahorro de 36 millones de euros (libres de impuestos). O sea, que sería una liberación. Con ese suculento dinero, Neymar llegaría en enero y a otra cosa...

Adán, gigante. Me fastidió no ver a Casillas ni un minuto. A Capello casi lo quemamos en la hoguera en el Trofeo Bernabéu de 2006 por amagar dejarle en el banquillo ante el Anderlecht para que saliese Diego López en su lugar. Pero a cambio de ese órdago (si Mou dice que no le pasó factura por las llamadas a Xavi y Puyol, habrá que creerle), vimos un Adán entero, sobrio y con mano de piedra. La parada a Elmander, casillesca total.

Cantera. Lo mejor de la sosa velada de verano fue contemplar a Morata, Carvajal y Álex recibir el homenaje por su victoria en el Europeo Sub-19. La afición les ovacionó con hambre. Mi amigo Santi, de Valdemoro, derramó una lágrima desde el palco porque sabe que el futuro está en esta gente joven que siente el madridismo como una religión. Me lo recuerdan también los amigos de la peña Mazacotero (Torrijos) y Almirante de Medina de Rioseco. Mou goleó en el plebiscito. Sólo falló Kaká...