HERTHA BERLÍN 1 - REAL MADRID 3 | La contracrónica
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Cuatro partidos, cuatro victorias. El verano del Madrid de Mou sólo trae buenas noticias. Y eso que faltan todavía Higuaín, Di María y Sahin... La mejor plantilla de Europa no descansa. El Hertha, que tuvo al árbitro de su parte, hincó la rodilla.
El rodillo de Mou. El portugués llegó hace un año y ya tenía diseñado su plan, que está aplicando con una precisión germánica. Cuando éramos niños, nuestros padres nos inculcaron que todo lo que llegaba de Alemania, sobre todo lo referido a los electrodomésticos y las maquinarias de alta tecnología, eran lo mejor de lo mejor. Por eso, que fuera justo en Berlín donde el Madrid de Mourinho mostrase su mejor perfil es sintomático de lo mucho bueno que le espera al madridismo esta temporada. Este equipo empieza a jugar de memoria y eso es de agradecer después de tantos años de cambios de rumbo, de estilo y hasta de identidad. Los boinas verdes de Mou juegan desde el minuto uno al 90 sabiendo perfectamente cuál es su misión, como si fuese la voladura del puente del río Kwai. Coentrao actúa de mediocentro junto a Xabi Alonso como si lo hubiese hecho en ese puesto toda su vida. Callejón tiene salidas por su banda favorita y pondrá muy caro su regreso a Di María. Benzema no se duerme y recuerda a Higuaín y al propio club que la delantera de este Madrid es inmejorable...
Berlín, talismán. Ya nos recordaba ayer en estas páginas el compañero Agustín Martín que el Olímpico de Berlín tiene un aura especial. Aquí vieron mis blancos ojos hace justo 25 años cómo el Madrid de la Quinta del Buitre y de la Quinta de los Machos levantaba su segunda Copa de la UEFA consecutiva ante un Colonia que se estrelló contra un gigante gallego llamado Agustín, apodado desde aquella noche El nuevo muro de Berlín.
En territorio culé.Asistí a la cuarta exhibición blanca de la pretemporada en el bar El 13 de La Pineda (Tarragona). Mis amigos de la peña madridista de Salou, Adolfo Giménez Olea y José Cabañero, me habilitaron un contexto de madridismo puro y sano en pleno territorio comanche, que es de agradecer. Hasta mi amigo culé que me acompañó durante el vals vikingo, Jordi Diéguez, me reconoció que este año "tu Madrid nos lo va a poner muy duro". Asentía a su lado el gran Edu Cuesta, el Arguiñano del Beach Lumine, más madridista que Bernabéu. Todos asumen que este año huele bien para el mejor equipo del siglo XX. A este Madrid no hay quien le tosa...